Tabla de contenido
- Definición
- Etimología
- Características del Adopcionismo
- Doctrina Teológica
- Reconocimiento de la Adopción Divina
- Contexto Histórico y Teológico
- Siglo II: Emergencia del Adopcionismo
- Resurgimiento en el Siglo VIII
- Relación con Otras Corrientes Teológicas
- Diferencias con el Monofisismo
- Condena por la Iglesia Oficial
- Impacto Lingüístico y Teológico
- Perduración del Término
- Enseñanzas Cristológicas
- Ampliar vocabulario
Definición
El término «adopcionista«, adjetivo, se refiere a aquellos herejes que aceptan la adopción de Jesucristo por parte del Padre, considerándolo como el mismo Dios supremo. Este adjetivo también se utiliza para describir aquello que es concerniente, perteneciente o relativo al adopcionismo, una doctrina que reconoce que Jesús es el hijo de Dios y que fue prohijado por la divinidad.
Etimología
La etimología de la palabra «adopcionista» se compone del término «adopción» y del sufijo «ista». El componente «adopción» proviene del latín «adoptio», que significa acto de adoptar o prohijar. El sufijo «ista» indica profesión y oficio, denotando la asociación con la doctrina del adopcionismo. Así, etimológicamente, «adopcionista» se relaciona con la profesión de la creencia en la adopción divina de Jesucristo como hijo de Dios.
Características del Adopcionismo
Doctrina Teológica
El término «adopcionista» se utiliza para describir a aquellos que siguen la doctrina teológica del adopcionismo. Esta doctrina sostiene que Jesús, aunque excepcional, no posee una naturaleza divina intrínseca desde su nacimiento, sino que fue adoptado como hijo de Dios en un momento posterior.
Reconocimiento de la Adopción Divina
Los adopcionistas, a quienes se hace referencia con el adjetivo «adopcionista», reconocen y profesan la idea de que Jesús es el hijo de Dios por adopción divina. Este reconocimiento distingue su posición teológica de otras corrientes que afirman la divinidad innata de Jesucristo.
Contexto Histórico y Teológico
Siglo II: Emergencia del Adopcionismo
El adopcionismo tuvo relevancia en el siglo II, cuando surgieron interpretaciones divergentes sobre la naturaleza de Cristo. Este enfoque teológico planteaba que la divinidad de Jesús no era inherente, sino que fue conferida mediante una adopción divina posterior.
Resurgimiento en el Siglo VIII
El adopcionismo experimentó un resurgimiento en el siglo VIII, especialmente en España, dando lugar a la conocida «Controversia Adopcionista». Este conflicto teológico enfrentó a defensores y opositores del adopcionismo, dejando un impacto en la historia de la teología cristiana.
Relación con Otras Corrientes Teológicas
Diferencias con el Monofisismo
El adopcionismo se diferencia del monofisismo, otra corriente teológica, al enfocarse en la adopción divina de Jesús más que en la naturaleza única de Cristo. Mientras el adopcionismo destaca la adopción posterior de Jesús como hijo de Dios, el monofisismo aborda la singularidad de la naturaleza divina y humana de Cristo.
Condena por la Iglesia Oficial
A pesar de su resurgimiento, el adopcionismo fue condenado por la Iglesia oficial, que afirmaba la naturaleza divina intrínseca de Jesucristo. Los concilios ecuménicos jugaron un papel crucial en la formulación y establecimiento de las enseñanzas ortodoxas sobre la naturaleza de Cristo.
Impacto Lingüístico y Teológico
Perduración del Término
El término «adopcionista» ha perdurado en el lenguaje para describir aquellos que siguen la doctrina del adopcionismo. Su uso refleja la riqueza del vocabulario teológico y su capacidad para capturar matices específicos de las creencias cristianas.
Enseñanzas Cristológicas
El adopcionismo, y por ende el adjetivo «adopcionista», destaca la diversidad de enseñanzas cristológicas a lo largo de la historia, evidenciando las complejidades teológicas y las disputas doctrinales que han influido en la formulación de la cristología.