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Definición
Sustantivo masculino y femenino, que hace alusión de alguna de las dos personas que conforman una unión marital, bien sea la mujer o el hombre. Es un individuo casado con otra persona.
Etimología
Esta terminología se deriva de la voz latina ‘coniux’, misma que a pesar de que se emplea casi siempre para significar esposa, denota a alguno de los dos esposos. Se compone con el prefijo ‘con’, que señala acción conjunta, en combinación con la raíz del vocablo ‘iugum’, en español ‘yugo’ (unión), además de la raíz de ‘iungere’ (uncir). Por consiguiente, el sentido etimológico de esta palabra es “ligados por un yugo”.
En el ámbito legal, los cónyuges se definen como individuos que han establecido un matrimonio, mismo que les ha otorgado deberes y derechos mutuos, empezando por la lealtad y la fidelidad, o es posible que la pareja lo pueda demandar por adulterio.
El hecho de que la palabra cónyuge sea tanto masculina como femenina, señala que los derechos y deberes corresponden a iguales proporciones de lado y lado y poseen equidad jurídica.
Un divorcio es una circunstancia que acarrea diversos problemas familiares, teniendo en cuenta que no sólo es un asunto de poca significancia, sino que involucra la salud emocional y psicológica de ambos cónyuges. El juzgado que lleve a cabo el proceso debe determinar en manos de quién queda la custodia de los hijos, al igual que las diversas obligaciones económicas, la separación de bienes y otros detalles.
Ciertos requisitos deben existir para que los cónyuges puedan convivir felizmente, como por ejemplo tolerar cada uno de sus defectos, desarrollar un estado de complicidad y de excelente comunicación. Que exista un respeto hacia el espacio y la vida íntima de la pareja, compartir aquellas cosas en las que coinciden, cuidarse entre sí y demostrarse el cariño que los une.
Asimismo, se debe considerar que ambos cónyuges si quieren volver a contraer nupcias con alguien más, primero han de someterse a un proceso de divorcio, hasta quedar nuevamente en soltería ante las leyes.
Pero sin importar si dos personas han formalizado su matrimonio ante la ley, como si sólo se trata de una unión de hecho, por convivir juntos en un mismo hogar, queda establecida una clase de sociedad similar a la unión marital y por lo tanto, también se les denomina cónyuges.
La poligamia es una clase de matrimonio constituido por más de dos cónyuges. En la cultura occidental no se permite sino la monogamia, pero en la antigüedad no era así en territorio americano, ni tampoco en otros continentes.
En la Biblia se aprecia una antítesis de un antes y un después en los dos testamentos, Antiguo y Nuevo, de los matrimonios constituidos por varias parejas y los descritos por Jesucristo de sólo un hombre y una mujer. Los antiguos patriarcas hebreos, de acuerdo con las escrituras, contaban con varias mujeres a las que llamaban concubinas. Tal fue el caso de Abraham, así como del rey Salomón o su hijo, el rey David, entre otros personajes representativos del judaísmo, el cristianismo y el islamismo.