Sustantivo femenino. El significado de este vocablo abarca, compete y hace referencia a un remate señalado e indicado en una carrera ya sea de atletismo o de automóviles. Finalidad que se dirige los deseos o acciones de alguien. Pilar de tipo cónico que indicaba a cada uno de los extremos de la espina, muy común en los circos romanos. (En deportes) en algunos juegos como el fútbol, marco en forma rectangular formado por lo general por dos postes y un larguero, denominado portería.
Este vocabulario en su etimología es de origen latino, bajo la denominación ‘meta’.
Se puede definir una meta de diversas maneras y lo que más se relaciona, tiene que ver con obtener la satisfacción, la felicidad y la realización de los propósitos planteados. Cuando uno se fija una meta, debe efectuar una planificación, especialmente en el área corporativa.
Un requisito para que un propósito sea una meta, es que debe cumplirse en un lapso específico. Una meta debe ser obligatoriamente algo posible, pues si se trata de una fantasía o algo imposible, se denomina sueño o deseo. Asimismo, debe poder percibirse y ser algo palpable.
Dependiendo del tiempo que abarque su realización, las metas se clasifican en corto plazo, mediano plazo y largo plazo. Pero según sea su objetivo, se les llama metas de dominio, metas de desempeño y metas de evitación. Las primeras, se plantean acumular saber y habilidades. Las segundas, demostrar a otros las habilidades logradas y resaltarse entre las personas. Y las últimas, aquellas que se hacen realidad al evitar algún peligro o tramitología.
Existen marcadas diferencias entre un objetivo y una meta. Suelen usarse como palabras sinónimas, pero realmente no son en sí, lo mismo. La clave se halla en su naturaleza medible, concreta y determinada de los objetivos, en contraposición con la perspectiva más universal de la meta. En tal efecto, un objetivo es un paso que debe darse para conseguir una meta.