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Definición
Sustantivo masculino. Este término hace alusión de un lugar o sitio, según la mayoría de las creencias, doctrinas o religiones, al que se dirige el alma de las personas que mueren en estado de pecado, ya sea venial o mortal, sin haberse arrepentido en las faltas, yerros cometidos, o que no hayan confesado de los mismos pecados, en en donde por ello sufren las penalidades o están condenados en la eternidad.
Etimología
Este vocablo en su etimología procede del latín ‘infernum’ y a su vez, del italiano ‘inferno’.
En la antigua mitología greco-romana, cualquier fallecido, bueno o malo, debía afrontar el paso por las terribles penalidades del río Estigia, un camino obligado del infierno que comunica al Hades, uno de los sitios subterráneos más terribles del inframundo en el que se define el destino de los desencarnados, pues al mismo tiempo allí quedan los Campos Elíseos, donde tienen entrada los buenos. En cuanto los malvados son enviados al Tártaro, en donde sólo hay monstruos y almas en pena, que vagan por doquier abrumadas.
Se puede apreciar que en el libro del Antiguo Testamento, se empleó el término ‘sheol’, convencionalmente se traduce como ‘infierno’, sin embargo, algunos lingüistas estiman que su significado auténtico es ‘sepulcro’, al que todas las almas obligatoriamente debían arribar. Entre el pueblo judío, la expresión corresponde a ‘Gehena’, que define como el estado espiritual en el que quedan las almas que fueron malas en vida, casi siempre alrededor de un lapso de año, pero las que más oscuridad albergaron y obras nefastas cometieron, se quedan allí eternamente.
El Nuevo Testamento cambió un montón de aspectos que se mantenían en el Antiguo. Uno de éstos es la noción del infierno, que antiguamente se creía como un lugar literal en las entrañas de la tierra, pero ahora se considera como un sitio netamente espiritual o psíquico, compuesto por múltiples estados inferiores, propios de personas que vivieron sus existencias sin considerar las Leyes Divinas y jamás emprendieron la lucha por vencer el pecado dentro de sí mismos.
El infierno fue descrito como un mundo lleno de llamas, dolor, sufrimiento y llanto, en el que el rey soberano es Satán. En el libro sagrado del Corán, existen diversos pasajes que hablan acerca del inframundo y lo considera como el sitio en el que van a parar los humanos pecadores. En la mitología hindú, se cuentan 21 infiernos distintos, como varios inframundos en los que van reencarnando progresivamente las almas, hasta purgar sus más aberrados y nefastos pecados.