Definición
Adjetivo. En Geología, término usado para referirse a una tierra o acumulación o porción de ella que hacen las aguas del mar al tiempo de la bajamar, es decir, al sedimento que deja el mar en su reflujo. Adánico, es decir, concerniente, relativo o perteneciente al personaje bíblico de Adán, el primer hombre según la tradición judeocristiana; si bien, es posible que haga especial referencia al Adam Kadmon de la tradición cabalística.
Etimología
Su etimología proviene de «Adam», más el sufijo «ico», que en este caso se utiliza para formar adjetivos que indican pertenencia, relación o características de algo. Por lo tanto, «adámico» se puede entender como algo que está relacionado o atribuido a Adán. Algunos sugieren que se refiere a la misma tierra de la que fue hecho, y con el mismo significado. Es posible que el término adámico quizás haya sido derivado o, cuando menos, es posible encontrar una conexión mayor con el término Adam Kadmon, y por consiguiente, si bien se relaciona con Adán, el primero hombre, realmente trasciende más allá, en un aspecto simbólico, hasta el «Hombre Primordial».
El pecado adámico, o adánico
En ese contexto, lo «adámico» se podría utilizar para describir algo relacionado con Adán o atribuido a él. Por ejemplo, se podría hablar de un «pecado adánico» para referirse al pecado original que, según la creencia, se originó en Adán y que afecta a toda la humanidad. El «pecado adánico» se refiere al pecado original que, según la tradición judeocristiana, se originó en Adán, el primer hombre según el relato bíblico del Génesis. Según esta narrativa, Adán y Eva fueron creados por Dios y vivían en el Jardín del Edén. Sin embargo, desobedecieron el mandato divino de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, lo que se considera como el primer pecado.
El pecado adánico, también conocido como la caída del hombre, es considerado como un acto de desobediencia y rebelión contra la voluntad divina. Según la interpretación teológica, este pecado afectó a toda la humanidad, ya que Adán es considerado el padre y representante de toda la humanidad. Sin embargo, es importante destacar que el uso del término «adánico» en este sentido es más común en contextos teológicos o literarios que en el uso cotidiano del lenguaje.
Adam Kadmon
Adam Kadmon, también conocido como «Hombre Primordial» o «Arquetipo Primordial», es un concepto que se encuentra en la tradición mística y filosófica del judaísmo y el pensamiento cabalístico. Según la creencia cabalística, Adam Kadmon es la forma primordial o arquetípica de la humanidad, considerada como una manifestación espiritual previa a la creación física del ser humano. Se le representa como una figura cósmica divina que contiene en sí misma las características y potencialidades de toda la humanidad.
Adam Kadmon se considera una emanación de la divinidad, una entidad espiritual que refleja la voluntad y el plan divino para la creación. Se cree que esta forma primordial es el modelo a partir del cual se desarrolla el ser humano y toda la existencia. En la tradición cabalística, Adam Kadmon se describe con atributos y se le asignan características divinas, representando la perfección espiritual y la unidad primordial. Se considera un puente entre lo divino y lo humano, y su estudio y comprensión son importantes dentro de los aspectos esotéricos y místicos del judaísmo y la cabalá.
Es importante tener en cuenta que Adam Kadmon es un concepto metafórico y simbólico dentro de la tradición cabalística, y su interpretación y significado pueden variar en diferentes corrientes y enseñanzas cabalísticas. Sin embargo, y como se mencionó anteriormente, al referirse a lo «adámico», es posible encontrar mayor conexión con la tradición cabalística que con el personaje bíblico, si bien tienen una estrecha relación que va del arquetipo inmanifestado al sujeto creado.