Etimología

Esta palabra en su etimología proviene del verbo activo transitivo ‘aburrir’ y del sufijo ‘miento’, que indica acción y resultado.

Se trata de un estado anímico que se desvanece en un lapso de tiempo, mismo que se origina por algunos factores, en su mayoría fáciles de observar, pero existen situaciones en las que no se sabe determinar de dónde procede, ante lo cual lo más probable es que se relacione con la depresión; entonces, el aburrimiento deja de ser algo pasajero y se apodera de todos los instantes del día.

Las personas pueden verse atraídas e interesadas por numerosas actividades, ideas, cosas, relaciones, sucesos, etc. Sin embargo, puede darse el caso contrario, en que nada despierte entusiasmo y devenga el aburrimiento, caracterizado por una notable falta de energía, mal humor y mala voluntad.

Las causas pueden ser muchas, casi siempre relacionadas con detalles psicológicos específicos de cada ser humano, como no haber desarrollado la habilidad de hallar ocasiones o actividades que sean emocionantes, o quizá se deba a circunstancias externas. Por ejemplo, ante la escases de incentivos que pueda brindar el entorno o la sociedad, o el consumo de estupefacientes que después de haber generado episodios de furor, se desencadena la depresión y el aburrimiento.

Varios síntomas identifican al aburrimiento, como la pasividad, la ausencia de alegría y de emociones positivas, desespero por hallar algo divertido, desgano y apatía.

Se suele reflejar bastante en este periodo de la historia, en el que la tecnología ha llegado a abrumar a los usuarios con un bombardeo incesante de datos, imágenes y sonidos. Como consecuencia de ello, ante el deber de realizar diferentes actividades académicas, domésticas, laborales, etc, la gente siente mayor aburrimiento y desinterés, pues quisieran permanecer conectados a la red donde encuentran los temas que los entretienen y apasionan.

Casi siempre, el aburrimiento se halla ligado con perder el tempo. Si un individuo se siente aburrido, es porque no le halla la importancia a lo que se encuentra realizando. En ese instante, la persona no lleva a cabo nada, o pareciera comportarse de modo mecánico. En algunas ocasiones, el aburrimiento motiva al individuo a ejecutar alguna acción, a pesar de que la misma no sea tan coherente y consecuente.