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Definición
Adjetivo que hace alusión de algo que ha sido fundado, instaurado o establecido.
Etimología
Esta terminología se deriva del verbo latino ‘instituere’, con el sentido de “fundar o establecer”, compuesta por el prefijo ‘in’ (hacia el interior), junto con la dicción ‘statuere’, que significa estacionar, colocar, ubicar o parar, en combinación con el prefijo ‘ido’, constituyente de adjetivos y que denota una cualidad.
Imaginarios sociales: instituidos e instituyentes
De acuerdo con el filósofo Cornelius Castoriadis, existen los que denominó “imaginarios sociales”, que detalló en su obra intitulada “La institución imaginaria de la sociedad” y los asocia con los aspectos socio históricos, así como a los procesos creativos a través de los que los individuos recrean sus propios universos.
Uno de sus aportes más resaltados fue la idea de erigir una ontología de la creación y las circunstancias concretas de una autonomía personal y colectiva. Este pensador también destaca el factor histórico de las instituciones, los valores y la producción social.
En tal efecto, según Cornelius Castoriadis, un imaginario social equivale a una construcción de tipo social-histórico, que involucra el grupo de leyes, instituciones y símbolos con los que se identifica cierto grupo de la sociedad, mismo que a pesar de su naturaleza imaginada, se plasma en la realidad brindando tanto alternativas como prohibiciones para las acciones de las personas.
Entonces, un imaginario no se estima de acuerdo con su veracidad, sino que desarrolla unas circunstancias que conllevan unas secuelas prácticas para diario vivir de los individuos.
El filósofo plantea que se pueden clasificar los imaginarios en dos: el imaginario social instituido, del cual forman parte el grupo de normas y significados que fijan lo determinado, como sucede con las tradiciones y aspectos costumbristas. Asimismo, el imaginario social instituyente, que se evidencia en los procesos históricos y en el desarrollo de sus mundos de significancia, como por ejemplo las modas, las nuevas maneras de percibir el mundo, las transformaciones, etc.
El imaginario social instituido ya está fijado previamente, como resultado de los aconteceres de la historia. El instituyente se desenvuelve a partir de la influencia de las significaciones en las acciones de los sujetos, imponiendo lo que se permite y lo que no, lo legal y lo ilegal. Lo instituido establece y formula las relaciones y el comportamiento a nivel social, conservando unida y ligada a la sociedad.
El autor da a entender al imaginario social instituido, como imaginación segunda, de tipo especulativo, totalmente combinatoria, caracterizada por la imitación. Corresponde a ideas heredadas, o en términos de Castoriadis, “pensamiento conjuntista identitario”.
Por su parte, lo instituyente influye sobre aquello que se halla ausente. Rasga una frontera entre el orden imperante, instituido, conllevando a un cambio en la sociedad. Con la expresión ‘radical’, subraya la habilidad inventiva y creativa de la mente. Es aquello que posibilita a la psiquis para generar representaciones, identificar lo que falta, teniendo en cuenta que la mente puede independizarse de la imaginación, en el sentido en que provoca un flujo simbólico no supeditado a un fin específico.
En la psique de las personas se halla la esencia de la capacidad del simbolismo, de la habilidad de comunicarse por medio del lenguaje y de estructurar signos.