Sustantivo masculino. Este termino es usado únicamente en Nicaragua y Guatemala, se define a una persona o individuo despreciable, insignificante, ruin, rastrero, innoble, indigno, vil, repugnante, infame, detestable, abyecto, aborrecible o repulsivo. En uso poco frecuente (En México) se dice a un muchacho o niño, inquieto, revoltoso, travieso o pícaro.
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Etimología
e vocablo en su etimología viene del sustantivo coloquial «zaragata» y del sufijo «ate» equivalente a «ado» con terminación de algunos nombres de origen americano.