Es un adjetivo de uso anticuado u obsoleto y se refiere a un digno de ser aborrecido, odiado, repugnado, rechazado, rencoroso, resentido.
Etimología
Su etimología proviene de la palabra «aborrecible» del verbo activo transitivo «aborrecer» tener odio hacia alguien, del latín «abhorrescĕre» del latín «ab» y de «horrescĕre» horror. todos del mismo significado.