Es un verbo transitivo activo de uso anticuado y se define como exigir, acusar, imputar o asumir una responsabilidad, principalmente pecuniaria, por un delito o falta.
Etimología
Su etimología se compone del prefijo «a» por el latín «ad» cercanía, de la palabra «caloñar» y en este del latín «calumniāri» que significa calumniar o levantar falsos testimonio.