Benín

Etimología

Esta terminología proviene de la pronunciación yoruba de la palabra ‘Ubinu’, que significa “tierra de las personas cultas” o “tierra de la sabiduría”. El reino de Benín se caracterizaba por su avanzado sistema político y su desarrollo cultural, incluyendo una sofisticada escultura y cerámica.

En el siglo XVI, los portugueses llegaron a la costa de África Occidental y comenzaron a comerciar con el reino de Benín. Durante este tiempo, los portugueses dieron a la región ese nombre, basado en la pronunciación local. La denominación se mantuvo cuando otros europeos llegaron a estas tierras y se convirtió en el nombre oficial, aunque también se utilizaba ‘Dahomey’, que era como se conocía el reino de Benin, en el siglo XIX.

Aspectos históricos de Benín

Benín fue colonizado por primera vez por el pueblo Edo, que se dispersó por toda la zona antes de la llegada de los europeos. En ese momento, la nación era un poderoso imperio llamado Dahomey. El reino de Dahomey se estableció en 1625 y duró hasta 1894, cuando pasó a formar parte del África occidental francesa.

En 1960, Francia otorgó la independencia a Dahomey como la República de Dahomey. En 1975, cambió su nombre a República de Benín, después de obtener la independencia de los franceses.

Históricamente, ha sido llamado Dahomey por los europeos y una vez fue conocido como la “Costa de los Esclavos”, considerando su pasado de exportación de esclavos a los comerciantes europeos, antes de ser colonizados por ellos durante el siglo XIX.

Benín tiene un clima tropical con dos estaciones: húmeda (junio-octubre) y seca (noviembre-mayo). Su economía depende de la agricultura, la pesca, la silvicultura y la minería; sin embargo, la mayoría de la gente todavía vive por debajo del umbral de la pobreza a pesar de los muchos intentos de reforma económica desde la independencia de Francia en 1960.

Benín fue originalmente un reino en lo que ahora es Nigeria, que fue fundado en el siglo XIV. Se encuentra en la costa de Bight of Benin, una región que abarca la mayor parte de la mitad sur de la actual Benin. El reino se extendió a lo largo de sus fronteras y hacia los países vecinos, incluidos Liberia, Ghana y Togo; en el siglo XIX se había convertido en uno de los reinos más grandes de África.

El sistema de realeza en Benín se conocía como un sistema “igbá”, donde cada rey gobernaba sobre su propio territorio mientras mantenía la lealtad al rey principal en Udo. La sucesión hereditaria era común entre todos los miembros de la sociedad, incluidas las mujeres y los esclavos.

El reinado pasaría a través de su línea familiar hasta que llegara a un heredero, que podría no tener la edad suficiente para gobernar; en este punto, sería reemplazado por otro miembro de su familia hasta que cumpliera la mayoría de edad (generalmente a los 15 años).

La ubicación de Benin en el río Níger, lo convirtió en un importante centro comercial, conectándolo con otros imperios importantes como Ghana y Malí. De hecho, gran parte de lo que sabemos sobre estos imperios proviene de artefactos encontrados allí.

Con el tiempo, Benín se hizo conocido por su destreza cultural y su arquitectura avanzada. Por ejemplo, además de ser uno de los primeros países de África en utilizar herramientas de hierro, también fue uno de los primeros lugares en los que se hizo metalurgia a gran escala, incluida la fabricación de estatuas de bronce para exhibición pública.

Aspectos económicos de Benín

De acuerdo con los expertos, su economía está creciendo a un ritmo moderado. Se basa en la agricultura, con cerca de dos tercios de la población empleada en el sector. Cuenta con abundantes recursos naturales, como el petróleo y el gas natural.

Asimismo, es rico en suelos fértiles y dispone de un clima tropical propicio para la agricultura. Los cultivos principales incluyen algodón, caña de azúcar, arroz, maíz y frutas. También hay una gran industria pecuaria, con un fuerte énfasis en la ganadería.

Otra industria importante en Benín es la manufactura, que representa alrededor del 20% del PIB y se centra sobre todo, en la producción de textiles y prendas de vestir, así como en la fabricación de productos alimenticios y de aluminio. También funciona una industria emergente de transformación agrícola, con un enfoque en la producción de aceite de palma y miel.

El sector servicios también representa alrededor del 40% del PIB. El turismo es una industria emergente en Benín, con una serie de atracciones turísticas, como monumentos históricos y culturales, parques nacionales y playas. Dentro de otros servicios relevantes están el comercio, la banca y la construcción.

En los últimos años, Benín ha adoptado una serie de reformas económicas para impulsar su desarrollo económico. Una de las principales reformas ha sido la liberalización del mercado, que ha permitido un mayor flujo de inversión extranjera y ha mejorado el clima para los negocios. Al igual, se ha mejorado la infraestructura, perspectivas en la construcción de carreteras, aeropuertos y puertos para mejorar la conectividad del país.

Además, Benín ha adoptado una serie de políticas para mejorar la educación y la formación, con el objetivo de desarrollar una fuerza laboral cualificada. Se ha hecho hincapié en la promoción de la igualdad de género en el sector laboral, con objetivos en la promoción de la participación de las mujeres en el mercado laboral.

Los granos de cacao fueron introducidos en Benín desde Ghana, por comerciantes portugueses en el siglo XV, pero no se plantaron a gran escala hasta después de la independencia en 1960. Desde entonces, la producción de cacao ha aumentado constantemente cada año; sin embargo, todavía no satisface la demanda de productos de chocolate en todo el mundo porque muchas personas no pueden pagarlos debido al aumento de precios causado por la demanda mundial (como China).

La producción de aceite de palma comenzó en serio, durante la época colonial cuando las empresas europeas llegaron a Benín con concesiones de tierras de las autoridades coloniales francesas; desde entonces, estas empresas han sido privatizadas, pero siguen activas hoy en día produciendo aceite de palma que se exporta a todo el mundo.

La comida típica de Benín

La comida en Benín es conocida por ser picante y sabrosa, con una gran variedad de platos a base de verduras, frutas y granos.

Uno de los platos más tradicionales es el “akassa”, un plato de hojuelas de yuca fritas servido con salsa de pescado o carne. También es común el plato “poulet DG”, un pollo cocido con una mezcla de especias y servido con arroz y plátano maduro. Otra receta es el “yam pottage”, un guiso a base de yam (una variedad de batata) con vegetales y carne o pescado.

La carne de cabra y de res es muy utilizada en la cocina de Benín, así como el pescado y los mariscos, especialmente en las regiones costeras. Asimismo, se emplean con frecuencia las frutas y las verduras en las preparaciones. La papa dulce, la yuca, el plátano, la papa y el maíz son algunos de los vegetales y granos más comunes de su gastronomía.

La comida se suele servir con salsas y pastes a base de tomate y ajo, y se acompaña con una variedad de guarniciones, como arroz, plátano maduro, frutas secas y vegetales. Además, se añade una gran cantidad de especias y hierbas frescas, como la cebolla, el ajo, el jengibre, el pimiento y la pimienta de cayena, para dar sabor a los platos.

Igualmente, se encuentra un gran menú de postres y dulces, como el “akara”, un dulce frito hecho con frijoles negros y azúcar, o el “gato”, un dulce hecho con harina de yuca y azúcar. También se hallan numerosas bebidas, desde el típico té y café hasta los refrescos y cervezas locales.