Calmado

Para muchas personas, permanecer reamente calmado, es una tarea apoteósica que tan sólo es fácil de decir, pero no de encarnar. La mente humana, casi siempre, se halla oscurecida por ráfagas de estrés, ansiedad, temores y preocupaciones. La enorme cantidad de información y datos que se procesan por medio de los dispositivos, aumenta el caos mental.

Pareciera como que, a medida en que avanza el tiempo y la sociedad, fuera más difícil estar verdaderamente calmado. No obstante, es un objetivo muy valioso, por las grandes ventajas que ofrece permanecer en un estado de paz profunda. Cuando la mente se ha tranquilizado, es capaz de pensar más clara y ágilmente.

Asimismo, una persona calmada es más capaz de ser amable con todos quienes lo rodean, así como de tolerarlos integralmente. El cuerpo disfrutará de un estado en el que no se segregan hormonas del estrés y sustancias nocivas, que deterioran tejidos y órganos. Todas sus funciones se realizan de forma más óptima. La psiques se relaja y asumen una postura receptiva hacia el conocimiento y la inspiración.

Un individuo calmado cometerá menos errores y se inclinará hacia las mejores decisiones, evitando comportamientos de los que luego, tendrá que arrepentirse. Alguien verdaderamente calmado, adquiere la fortaleza y la habilidad de asimilar el instante presente, disfrutar de los pequeños detalles y experimentar la felicidad de la vida.

La no perturbación, sin importar lo que suceda, por fuerte que sea, es un modo de vida que conlleva a la iluminación espiritual y a un sinnúmero de ventajas físicas, psicológicas y energéticas.