Etimología

Esta palabra en su etimología proviene del verbo activo transitivo «comportar» y del sufijo «miento» que indica acto, estado y efecto de.

Aunque puede parecer que comportamiento y conducta son palabras sinónimas, en realidad se diferencian por importantes factores. Lo que un individuo puede realizar de forma voluntaria entra en el campo de la conducta, pero el comportamiento abarca asuntos que alcanzan a la región inconsciente de la psique y se define como aquello que nos motiva a reaccionar ante situaciones y estímulos específicos del ambiente, de una manera que no es frecuente.

Se puede ejemplificar así: “el comportamiento de Daniel sorprendió a todos. De un momento a otro se tornó agresivo debido a las provocaciones de su primo. Pero es que él suele ser muy calmado.”.

La ciencia que estudia el comportamiento de las diferentes clases de especies, es la Etología, cuyo mayor exponente y fundador fue el científico Konrad Lorenz. Ésta se enfoca en los modos de comportamiento naturales e innatos, por encima de los imitados o adquiridos, además de la relevancia que implica el comportamiento relacionado con los procesos psicofisiológicos.

Si se tiene en cuenta que los animales se comportan según sea la reacción instintiva de los estímulos del medio circundante, y no de una manera consciente e intelectual, entonces se habla de comportamiento animal, mas no de conducta, que sería propia de los seres humanos. Eso sí, el hombre no se escapa de ser también un animal con un comportamiento adaptativo que se procesa en virtud de la supervivencia, de acuerdo con las condiciones externas y la experiencia adquirida.

En casi todos los animales, si los efectos obtenidos a partir de un comportamiento han sido satisfactorios, entonces el instinto lo grabará y lo repetirá, o al revés. En el caso de los humanos sucede lo mismo, sólo que gracias a la capacidad de razonar, puede adoptar una actitud que aunque no le represente satisfacción y gozo, su interés radica en modificar convenientemente la situación.