Etimología

término en su etimología procede del verbo activo transitivo ‘cerrar’.

Este vocabulario se emplea para designar a un objeto que se utiliza para cerrar, como por ejemplo la cremallera. En algunos países le llaman cierre y en otros cremallera.

Asimismo, puede significar la clausura de establecimientos comerciales, a causa de una orden judicial, policial o por voluntad de los propietarios.

El auge de internet y la absorción en el mundo digital de los diversos aspectos de la vida humana, ha ocasionado el cierre de muchas compañías que, a mitad de la década de los 90’s, se estimaban como grandes emporios indestructibles.

Esto debido a que la web abre un mundo de posibilidades para los inversionistas de todas las latitudes del globo, con oportunidades de participar con pequeñas cantidades a diferencia de los negocios convencionales. Cada día, el número de individuos que trasladan sus finanzas a internet, aumenta considerablemente.

Aun así, el cierre de una empresa no siempre tiene que ver con la quiebra de sus dueños. La apertura de posibilidades virtuales ha incitado a muchos empleados de distintas corporaciones a renunciar a la estabilidad de sus cargos, para ahora aventurarse al emprendimiento digital, muchas veces guiados y motivados por otros compañeros de labores o amistades.

En el contexto periodístico, los medios informativos usan esta palabra para referirse a la finalización de la producción de contenidos en un periodo de tiempo, como en una revista, canal de televisión, página web, canal de YouTube, empresa de noticias, periódico, etc.

En otro sentido, el cierre es el acto o evento que completa algo, de ahí surge la expresión “el cierre con broche de oro”, o el “cierre de campaña”.

A nivel interpersonal, el cierre significa el final de una relación con alguien, circunstancia que debe ser asimilada y superada, para la óptima salud física y mental. Es necesario cerrar las etapas de la vida y con las personas, para poder seguir avanzando en la existencia.