Etimología

Esta terminología posee la acepción etimológica de “algo capaz de transmitir por medio del aire, que no necesita alambres”. En el inglés se adoptó como ‘wireless’. Originalmente, se compuso del prefijo ‘in’, que en este caso significa ‘sin’, junto con el vocablo ‘aeramen’ (alambre de cobre), concluido por el sufijo ‘ico’, que indica algo relativo de.

En el caso de una comunicación de tipo inalámbrico, brinda la posibilidad de transferir información desde alguien que emite, hasta quien recibe los datos, sin que se requiera un tercero que sirva para interconectarlos en la distancia. Esta clase de tecnología emplea una banda de frecuencia específica, al igual que ondas electromagnéticas que permiten transferir y recibir la información.

Un teléfono inalámbrico se halla dotado generalmente, con pilas que se pueden recargar. El hablante se puede retirar aproximadamente unos 100 metros de la base del artefacto y aun así puede recibir y realizar llamadas o comunicarse sin impedimentos físicos, en esa área.

Lo mismo ocurre con un micrófono inalámbrico, que puede captar las ondas sonoras y su función es transmitirlas por medio de una radiofrecuencia. Un micrófono se diseña con un transmisor de banda FM o AM.

De igual modo, muchos otros artefactos cuentan con la característica de ser inalámbricos. Entonces, en el presente se pueden hallar herramientas con esta propiedad, como taladros, serruchos eléctricos, motosierras, entre otras, dotadas con baterías recargables.

En el ámbito en el que más se emplean los dispositivos inalámbricos, es el contexto informático. Se han desarrollado periféricos y artefactos que no necesitan conectarse al cableado, como un ratón, un teclado, unos auriculares, etc, algunos de los cuales pueden funcionar con baterías o utilizando alguna conexión WiFi, o Bluetooth.