Etimología

Etimológicamente, el término ‘inestabilidad’, se halla estructurado con raíces de origen latino y su acepción es: “incapacidad de permanecer firmemente en pie”. Lo compone el prefijo ‘in’, que es “negación”, junto con la partícula ‘stare’, que significa “estar en pie”, más el vocablo ‘bilis’ (que es capaz), concluido por el sufijo ‘dad’, que alude a una cualidad.

Inestabilidad atmosférica

La palabra ‘inestabilidad’ figura en diversos ámbitos. Por ejemplo, en el contexto meteorológico, el sentido nos refiere a los movimientos en dirección vertical de convección, en una masa de aire, algo que se puede incrementar si en el aire se acumula un gran grado de humedad.

De modo que, la inestabilidad atmosférica se halla relacionada con el contraste entre la temperatura que se calcula entre la masa de aire ascendente y el ambiente circundante. Empero, no interviene con los factores de las precipitaciones ni el viento.

En el argot popular y en diversos canales mediáticos, se le atribuye al término ‘inestabilidad’, el significado de que el día será ventoso o que lloverá. Si se auguran fuertes aguaceros para toda la semana, el presentador de un programa informativo podría decir que serán días de inestabilidad en el clima.

La inestabilidad emocional

Se define como la forma impulsiva de ser, debido a pensamientos duales y polarizados. El afectado por esta patología psicológica, presenta estados anímicos extremos y cambiables en muy poco tiempo, sin que de verdad existan motivos para ello. Los estudios especializados indican que un rasgo de quienes son inestables emocionalmente, es su baja autoestima. Se sienten demasiado irritados cuando experimentan la frustración y por lo general reaccionan exageradamente.