Etimología

Este término etimológicamente proviene del sustantivo y adjetivo «minero» y del sufijo «al», que indica relativo, concerniente o perteneciente.

Frase de ejemplo:

La esmeralda y el diamante son minerales de alto valor.

Un mineral es un cuerpo natural químico, de naturaleza homogénea e inorgánica, mismo que puede encontrarse en la superficie terrestre, pues se produce en la tierra por obra de la naturaleza. Casi siempre cuenta con una estructura cristalina, debido a la acción de sus átomos y la composición química que varía de un mineral a otro.

En el ámbito de la biología, un mineral es un nutriente fundamental para el organismo humano, como por ejemplo el sodio, el zinc, el calcio, el cobre, el yodo, etc. Éstos se consiguen consumiendo alimentos saludables y naturales.

Los minerales suelen tener superficies planas, debido a que los átomos que los estructuran se posicionan ordenadamente. Existen pocos minerales constituidos por un único elemento, tal como la plata o el oro. Casi todos son químicos compuestos y son objeto de análisis de la mineralogía.

Algunos minerales entran en la categoría de los metales y otros, dentro de los no metales. En los primeros encontramos el potasio, el calcio y el magnesio. Y en los segundos, el carbono, el fósforo y el azufre.

Un mineral compuesto puede pertenecer a alguna de las siguientes clasificaciones, dentro de las que también se cuentan los sulfatos, los nitratos, silicatos, fosfatos, entre otros:

Los sulfuros: aquí se encuentran minerales como la colcosina, o la pirita, en los que se mezclan elementos metálicos con no metálicos.

Los óxidos: como por ejemplo el rutilo o la magnetita, dos compuestos minerales que presentan una combinación del oxígeno con los elementos metálicos  o no metálicos, sin salinidad.

Los alogenuros: dentro de este grupo se halla la fluorita, un compuesto que se produce a partir de la mezcla de un metal con un elemento halógeno.

Si se quiere diferenciar un mineral de otro, se deben comparar sus tonalidades del color, al igual que el sabor, la dureza y la sensación al tacto. El mineral más duro de los que se han podido registrar, es el diamante y el más blando, el talco.