Saborizante

Etimología

Este término se deriva de la voz latina ‘sapere’ (tener inteligencia), con la misma raíz que la palabra ‘saber’. Sumado al sufijo ‘ante’, que se emplea en la formación de adjetivos partiendo de los verbos, que hacen referencia de quién o qué ejecuta la acción. Por ende, el significado etimológico de esta palabra es “dador de sabor”.

Esta clase de sustancias se hallan constituidas con un elemento peculiar, que obra en la percepción del gusto y del olfato, reforzando los aromas y sabores de aquel comestible o alimento, o también puede atribuirle nuevas sensaciones que le aumenten la percepción de agrado.

Con relación al sabor como tal y a las diversas sensaciones que un comestible o alimento genera en la lengua al ingerirse, se desenvuelve el sentido del gusto. Para las personas suelen ser de mucha importancia, detalles como el sabor y el aroma de la comida y precisamente, esos son los factores que determinan cuáles son los alimentos favoritos y el hecho de aceptar comerlos. Pero si algo no sabe bien, o no presenta esas características atractivas al paladar, se suele hacer uso de uno o varios saborizantes.

Cabe anotar que esta clase de sustancias se encuentran en variadas presentaciones, desde las sólidas, hasta las líquidas y polvorosas. En la industria, no sólo se utilizan los saborizantes para los comestibles, sino también para distintos productos que pasan por la boca de los consumidores, pero que no se degluten, como los chicles, los enjuagues bucales, etc.

Otro aspecto que resalta en los saborizantes artificiales, es que la comunidad científica y médica ha advertido que la gran mayoría son perjudiciales para la salud, como en el caso del glutamato monozódico, uno de los más dañinos y presentes en productos masivos.