Etimología

El término está constituido por los vocablos griegos ‘ταχύς’ (takhys), que significa veloz. Y ‘καρδία’ (kardia), que traduce ‘corazón’. En latín es ‘cordis’. Partiendo de esta referencia, el sentido de la palabra es “ritmo anormalmente acelerado del corazón”.

Los enfermos de taquicardia viven con normalidad, ya que no se considera como algo grave aunque los especialistas advierten que puede reducir la vida útil del corazón, como consecuencia del sobre esfuerzo que debe realizar.

Esta enfermedad se suele presentar más en la población femenina, que en la masculina. El incremento del pulso en el corazón podría ser originado por el consumo de drogas, el tabaquismo, alcoholismo, o algún problema de déficit en la tiroides. En algunos casos se desencadena a partir de fuertes sentimientos, sensación de dolor y algunos tipos de pensamientos.

La taquicardia puede ser de tipo fisiológico, no sólo patológico, como en el caso de realizar un ejercicio intenso, o si se experimentan emociones extremas como nerviosismo, miedo, preocupaciones, ansiedad, etc., a causa de una circunstancia rutinaria que implique estrés.

Así mismo, puede estar relacionado con problemas como hemorragias, nerviosismo crónico, anemia, insomnio e infecciones.

De acuerdo con la “Sociedad Española de Cardiología”, resulta pertinente llevar a cabo algunas medidas preventivas específicas, si se trata de una persona propensa padecer esta clase de problemas cardíacos, puesto que el corazón es uno de los órganos vitales, cuya función es bombear la sangre que dota de oxígeno a todas las partes del organismo. Lo más recomendable es acudir al médico, una vez se perciban los síntomas de la taquicardia sin motivo aparente.