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Definición
Sustantivo masculino. Se trata de una sucesión de olas del mar, que envía grandes cantidades de agua alcanzando alturas cercanas o superiores a los 30,5 metros hacia el interior. Estos enormes muros de agua pueden llegar a ser muy devastadores si tocan las costas. Se producen por fuertes terremotos en el fondo marino, en los bordes de las placas tectónicas.
Etimología
Esta palabra proviene del japonés y se emplea como un término geológico y oceanográfico. Literalmente traduce “olas en el puerto”; empero, no siempre los tsunamis ocurren en los puertos, sino en cualquier punto de la costa, sobre todo en zonas del Índico y del Pacífico, al igual que en el Mediterráneo. En el Atlántico casi no se presentan. El término surgió en Japón, debido a que ese es uno de los países más afectados por este fenómeno.
En la antigüedad se aprecian distintos escritos que hacen referencia a los tsunamis, pero no los denominaban así. Por ejemplo en la Grecia antigua, Tucídides, en su obra intitulada ‘Historia de la Guerra de Peloponeso’ (Libro III), menciona el espantoso tsunami del 426 a.C., que azoló las costas del Golgo Maliaco en Grecia, en zona del Mar Egeo, causando el fallecimiento de más de tres millares de personas. Se cree que se debió a un fuerte movimiento telúrico en ese mar. En Alejandría, sobre el año 365 d.C, se habría presentado otro gran tsunami y habría sido registrado por Amiano Marcelino.
Clases de tsunami
Se considera un tsunami leve si las olas no superan una altura de un metro, ocasionadas por un temblor de baja intensidad.
Moderado, o de magnitud III, siempre y cuando las olas superen el metro y medio de alto, como consecuencia de fuertes movimientos telúricos con una intensidad mayor a 7 grados.
Destructivo o fuerte, de magnitud IV, si las olas alcanzan más de 10 o 15 metros de altura, por efecto de terremotos de 8.5 grados o más.