Etimología

Este término proviene del español antiguo «yogo», primera persona del singular del pretérito perfecto simple del verbo neutro intransitivo «yacer», que a su vez deriva del latín «iacui», pretérito de «iacēre», que significa «yacer». La evolución de «iacēre» a «yogar» refleja los cambios fonéticos y morfológicos que ocurrieron en la transición del latín al español medieval.

Características del verbo «yogar»

El verbo «yogar» presenta varias características distintivas que reflejan su uso en el pasado:

• Desuso: En la actualidad, «yogar» es un término arcaico y no se encuentra en el uso común del español moderno.
• Polisemia: El verbo tiene múltiples significados que abarcan desde el entretenimiento y la diversión hasta la relación carnal y el acto de permanecer en un lugar.
• Connotación emocional: Los usos de «yogar» relacionados con holgarse y alegrarse implican una connotación positiva y de disfrute.

Usos históricos de «yogar»

En la literatura y los documentos históricos del español medieval y del Siglo de Oro, «yogar» se utilizaba en diversos contextos para describir acciones de ocio y recreo. Por ejemplo, los trovadores y poetas podían emplear «yogar» para expresar el disfrute de momentos agradables o la indulgencia en placeres.

El verbo también se encontraba en textos legales y administrativos para referirse a la estancia o residencia en un lugar específico, indicando una detención o permanencia en un sitio particular.

Relación con otros verbos

El verbo «yogar» está estrechamente relacionado con «yacer», del cual deriva. «Yacer» en español moderno aún se utiliza, principalmente para referirse a la posición horizontal, a menudo en el contexto de descanso o sepultura.

En su evolución, «yogar» perdió terreno frente a otros verbos que adquirieron sus significados, como «disfrutar», «divertirse» y «permanecer», que son más comunes en el español contemporáneo.

Importancia cultural y literaria

Aunque desusado, el estudio de «yogar» y su uso en la literatura y documentos antiguos proporciona valiosa información sobre las costumbres, valores y lenguaje de épocas pasadas. Los verbos relacionados con el ocio y el disfrute reflejan aspectos importantes de la vida social y cultural de la sociedad medieval y renacentista.

Ejemplos de uso

En la literatura medieval y renacentista, «yogar» podía encontrarse en pasajes que describían escenas de recreo y ocio. Por ejemplo:

• «Después de la larga jornada, los caballeros se retiraron a yogar en los jardines del castillo, disfrutando de la música y la compañía.»
• «El trovador, después de su actuación, buscó un rincón donde pudiera yogar y disfrutar de un merecido descanso.»

Conclusión

El verbo «yogar» es un ejemplo interesante de cómo el lenguaje evoluciona y cambia con el tiempo. Aunque en desuso, su estudio nos ofrece una ventana a las formas de vida y el lenguaje de épocas anteriores. La polisemia del verbo y sus variados significados destacan la riqueza del español antiguo y la importancia de la conservación del patrimonio lingüístico.