Etimología

El vocablo «arriesgamiento» proviene del verbo transitivo «arriesgar», que significa exponer a un riesgo o peligro, y del sufijo «-miento», que indica acto, estado y efecto.

El verbo «arriesgar» tiene sus raíces en el italiano «risico» o «rischio» y en el latín vulgar «resecum», que a su vez derivan del latín clásico «resicum», utilizado en el contexto del comercio marítimo para referirse a un riesgo o peligro. La evolución de este término en el latín vulgar y su adopción en el español medieval llevaron a la forma actual «arriesgar».

El sufijo «-miento» proviene del latín «-mentum«, y se usa en español para formar sustantivos que indican el acto, el proceso o el resultado de la acción del verbo al que se adjunta. Por lo tanto, «arriesgamiento» combina «arriesgar» y «-miento» para formar un sustantivo que describe la acción y el estado de asumir un riesgo.

Significado amplio

El sustantivo «arriesgamiento» tiene varias connotaciones y puede aplicarse en diferentes contextos:

En el ámbito personal

Se refiere a la acción de una persona que decide asumir un riesgo en su vida personal, ya sea tomando decisiones audaces, enfrentándose a desafíos o exponiéndose a situaciones inciertas. Este término puede describir tanto la acción de arriesgarse como el estado de estar en riesgo.

En el contexto profesional

«Arriesgamiento» puede aplicarse a situaciones en las que se asumen riesgos en el ámbito laboral o empresarial. Esto incluye decisiones estratégicas que implican un alto grado de incertidumbre o proyectos que requieren valentía para su realización.

En el ámbito financiero

El término también puede usarse para describir la acción de invertir en proyectos o activos que conllevan un alto nivel de riesgo financiero, con la esperanza de obtener beneficios futuros.

En el contexto deportivo o de aventuras

Se refiere a la participación en actividades que implican un alto nivel de riesgo físico, como deportes extremos o exploraciones peligrosas. El «arriesgamiento» en este contexto incluye tanto la acción de emprender estas actividades como el estado de estar expuesto a sus peligros inherentes.

Clasificación

Desde el punto de vista gramatical, «arriesgamiento» es un sustantivo masculino que denota la acción y el resultado de arriesgar o arriesgarse. Se clasifica como un término relacionado con la asunción de riesgos y puede aplicarse en diversos contextos, tanto personales como profesionales.

Características

– Indica la acción de asumir un riesgo o exponerse a un peligro.
– Se emplea en contextos personales, profesionales, financieros y deportivos.
– Es un término obsoleto y no registrado en la RAE.
– Describe tanto el acto de arriesgarse como el estado resultante de haber tomado un riesgo.

Origen

El sustantivo «arriesgamiento» se deriva del verbo «arriesgar», que proviene del italiano «risico» o «rischio» y del latín vulgar «resecum». El sufijo «-miento» proviene del latín «-mentum», y se usa para formar sustantivos que indican el acto, el proceso o el resultado de la acción del verbo al que se adjunta. Aunque no está registrado en la RAE y es considerado un término obsoleto, «arriesgamiento» refleja una construcción lingüística válida en español.

Ejemplos

– El arriesgamiento de su capital en el nuevo negocio fue una decisión audaz.
– La expedición al Everest implicó un gran arriesgamiento para todos los involucrados.
– Su constante arriesgamiento en inversiones arriesgadas finalmente le trajo grandes recompensas.

Estos ejemplos muestran cómo se puede utilizar el término «arriesgamiento» para describir la acción de asumir riesgos en diferentes contextos, ya sea en negocios, expediciones o inversiones. La palabra subraya tanto la acción de tomar riesgos como el estado de estar expuesto a posibles peligros.