Etimología

La palabra «asonancia» proviene del verbo intransitivo «asonar» y del sufijo «-ncia», que está relacionado con los adjetivos provenientes de «-nte». El verbo «asonar» se deriva del latín asonare, que significa «sonar parecido» o «hacer sonar igual». El sufijo «-ncia» proviene del latín «-ntia», que forma sustantivos abstractos que denotan cualidad o estado. Así, «asonancia» etimológicamente significa «la cualidad de sonar parecido».

Significado amplio

Correspondencia sonora

La asonancia implica una correspondencia parcial entre los sonidos de dos palabras, específicamente en las vocales. Esta correspondencia no es completa como en la rima consonante, donde tanto vocales como consonantes coinciden a partir de la última sílaba acentuada. La asonancia crea un efecto sonoro que puede ser sutil y musical, añadiendo una cualidad rítmica al lenguaje.

Uso en poesía

En poesía, la asonancia se utiliza para crear ritmo y musicalidad sin recurrir a la rima completa. Es especialmente común en la poesía en lengua española, donde la flexibilidad de la asonancia permite a los poetas jugar con los sonidos y ritmos de las palabras. Un ejemplo clásico de asonancia es el uso de las vocales similares en versos alternos, creando un eco parcial que añade profundidad y textura al poema.

En la literatura

La asonancia ha sido una herramienta estilística importante en la literatura, especialmente en la poesía. Los poetas utilizan la asonancia para lograr un equilibrio entre repetición y variedad, evitando la monotonía de la rima consonante mientras mantienen un sentido de cohesión sonora. Además de su uso en poesía, la asonancia también puede encontrarse en la prosa, donde contribuye a la fluidez y el ritmo del texto.

Un ejemplo notable de asonancia en la poesía es el poema «La canción del pirata» de José de Espronceda:

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.

En este fragmento, la asonancia de las vocales ‘a’ en «banda», «vela» y «vuela» crea un efecto sonoro que unifica los versos.

Características

Las características principales de la asonancia incluyen:

• Correspondencia vocálica: Las vocales coinciden a partir de la sílaba acentuada, pero las consonantes no.
• Flexibilidad: Permite una mayor libertad creativa en la composición poética en comparación con la rima consonante.
• Musicalidad: Añade un efecto rítmico y sonoro al lenguaje, contribuyendo a la musicalidad del texto.

Ejemplos

Ejemplos de asonancia en la literatura incluyen:

• En el verso «El barco fue a la mar y la luna a la sombra» de Federico García Lorca, la asonancia se encuentra en las vocales ‘a’ y ‘o’ que se repiten en «mar» y «sombra».
• En el refrán «Quién siembra vientos, recoge tempestades», la asonancia se observa en las vocales ‘e’ de «vientos» y «tempestades».

Usos

El término «asonancia» se utiliza tanto en la crítica literaria como en el análisis poético para describir y evaluar la calidad sonora de los textos. En la enseñanza de la poesía, la asonancia se destaca como un recurso estilístico importante para estudiantes y escritores, ayudándoles a explorar las posibilidades rítmicas y sonoras de la lengua.

Consideraciones finales

En resumen, la asonancia es una cualidad sonora que implica la coincidencia de vocales a partir de la sílaba acentuada, sin que coincidan las consonantes. Su etimología refleja la idea de sonar parecido, y su uso en poesía y literatura añade musicalidad y ritmo al lenguaje. Comprender la asonancia y su aplicación es fundamental para apreciar la riqueza estilística y sonora de los textos literarios.