Etimología

Con respecto a la etimología de esta palabra, las distintas fuentes refieren que la partícula “deontología” se encuentra compuesta por dos raíces de origen griego, las cuales podrían ser explicadas de la siguiente manera:

-ontos, raíz que viene del griego (δέον, -οντος déon) la cual puede traducirse como “lo que es necesario” o también “deber”.

-logía, raíz griega compuesta a su vez por la raíz griega logos (λόγος) la cual refiere a “palabra” y el sufijo –ια que por su lado indica “cualidad”. Más allá de sus significados específicos, la partícula –logía, al menos en el Español comenzó a ser considerada entonces como un sufijo que significa “tratado” o “ciencia”.

Origen del término

Así mismo, resulta importante señalar que el término “deontología” fue usado por primera vez por Jeremy Bentham, autor de la obra Deontología o ciencia moral, obra en donde el autor define a esta rama como la ciencia de actuar de forma correcta. Además de esto, Bentham cree que también la Deontología se basa en los principios de Libertad y Utilitarismo.

Durante el siglo XIX, se empleó la palabra Deontología para referir por completo a la Ética, en general. Sin embargo, con el devenir de los años, esta palabra comenzó a referir únicamente a la ética empleada en la profesión. Por igual, esta situación llevó a que también cada una de las distintas disciplinas crearan, a la larga, sus códigos deontológicos particulares.

Otro aspecto de la Deontología

No obstante, la Deontología no solo puede considerarse como el área de la Filosofía moral que se enfoca en los deberes profesionales o sociales, sino que esta palabra puede referir al aspecto teórico de la ética normativa que plantea básicamente que existen ciertas acciones que deben realizarse, y otras que no, independientemente de las consecuencias que estas puedan acarrear.

Para ser más específicos, la Deontología, dentro de la ética normativa, plantea que hay ciertas cosas que se deben hacer, por tratarse de un deber, más allá de si esas acciones traen consecuencias negativas o positivas. En otras palabras esta posición plantea que por ejemplo más allá del bien que puede producir una verdad, quien la dice, de alguna manera está obligado a decirla, puesto que hacerlo es moralmente correcto.

Empero, las nuevas tendencias dentro de esta rama de la ética moral han ido mostrándose un poco más receptivas al hecho de tomar en cuenta las consecuencias de las acciones, planteando que en ocasiones puede ocurrir entonces que una acción no sea del todo correcta o moral, pero que su consecuencias justifiquen el hacerlas. Un ejemplo de esto puede ser una mentira, que en principio es un acto no moral, pero que quizás dicha en el momento correcto pudiese tener consecuencias que justifiquen el decirlo.

Sin embargo, en este punto, algunas corrientes han señalado que se debe tener sumo cuidado en determinar si realmente la acción no moral que se quiere cometer está justificada en una consecuencia que resultará positiva para la mayor cantidad de personas.

Tipos de Deontología

Por otro lado, los distintos autores indican que en la Deontología puede hablarse de dos distintas clases, las cuales han sido explicadas de la siguiente manera:

• Deontología aplicada: este tipo de deontología se centra en hablar o estudiar aquellos deberes que son correspondientes a la vida cotidiana.

• Deontología prescriptiva: por otro lado, este tipo de deontología prefiere enfocarse en aquellos valores morales o conjuntos de reglas que resultan necesarias para una convivencia sana.

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