Etimología

Esta denominación se derivó de la voz latina ‘discriminatio’, a su vez originada de ‘discriminare’, acción de distinguir. Se compone con el prefijo ‘dis’, que denota separación, junto con la partícula ‘crimin’, misma que alude al acto de diferenciar.

Algunos lingüistas han señalado que el uso de esta palabra, ha llegado a ser toda una suplantación del verbo marginar, supeditando por completo la noción real de un verbo de profundo significado en el contexto de lo ético, intelectivo y lo moral. Esto podría deberse en gran parte, a que el sentido de este término se redujo a la connotación inglesa de “to discriminate”, haciendo a un lado la acepción latina e hispana. En esto han intervenido diversos aspectos socioculturales.

En los diferentes diccionarios, discriminar se define como “distinguir y separar una cosa de otra”. Sin embargo, en el Diccionario de la Real Academia Españoñola, versión 1970, se le concibió también como “el trato de inferioridad a un ser humano o una colectividad, por algún rasgo de su religión, cultura, raza, entre otros aspectos”.

Primero ha de existir un sentido de identificación y pertenencia a una colectividad, para que surja una discriminación, o prejuicio social. Quien comete tal acción, no reconoce a ese alguien o sus semejantes, como parte de su esfera y rechaza cualquier opción de que aquellos que discrimina, se integren, sino al contrario, les augura el mal y que se les estime como inferiores o peligrosos.

Por ejemplo, en un establecimiento púbico en el que no se acepte que ingresen personas de piel negra, pues consideran que resulta desagradable que los blancos tengan que compartir con gente que creen inferior en todos los niveles. Claro está, esta conducta se pudiera calificar como un acto de injusticia, intolerante, violento y que atenta contra las leyes.

La discriminación también es motivada por factores de la edad, como por ejemplo cuando se rechaza a una persona para trabajar, arguyendo que supera los 40 años. Igualmente, por causa de la etnia, inclinación sexual, o por razones de género.

Otra forma de discriminación es la escolar, definida como un trato erróneo que se le brinda a uno o más estudiantes, a razón de sus rasgos religiosos, raciales, sexuales o por anomalías corporales. Las secuelas en los afectados son variadas y muy perjudiciales, así como las consecuencias legales para quienes la cometen, en distintos países.

La discriminación escolar no se produce solamente entre los alumnos, sino también por parte de los docentes hacia un estudiante o varios de ellos. Se le denomina bullying a los actos discriminatorios entre el estudiantado, caracterizados por ataques verbales o físicos frecuentes y directos.

No existe una sola causa de la discriminación en el contexto escolar, sino que intervienen distintos aspectos de la cultura, de la psicología, entre otros. En tal efecto, resulta complejo combatirla totalmente. Empero, se debe considerar que las consecuencias son muy perjudiciales en la vida de quien es víctima de ello.