Definición
Sustantivo masculino. Consiste en un químico de alta toxicidad, que se emplea en las plantas, con el fin de erradicar la maleza y la vegetación indeseada.
Etimología
Esta terminología se encuentra estructurada con lexemas del latín y presenta el sentido etimológico de “sustancia que mata hierbas”. Se compone con el vocablo ‘herba’, que significa hierba, en combinación con la dicción ‘caedere’ (sesgar o matar), concluido por el sufijo ‘a’, indicador del agente que ejecuta la acción.
En el mercado se encuentran varios tipos de herbicidas, algunos de los cuales se necesitan aplicar sobre las matas que se quieren suprimir. También existen otros que se vierten sobre la tierra, con el propósito de que no permitan que crezca la mala hierba. Aquellos que se degradan con mayor velocidad, son los que se riegan directamente en la planta, mientras que los de tierra, tardan más en generar su efecto.
Otra clasificación que se encuentra de los herbicidas, radica en los selectivos y los no selectivos. Los primeros, ejercen mayor influencia en una planta determinada, suprimiendo las que no se necesitan, sin que se dañe el resto de lo sembrado. Los segundos, se encargan de acabar con una gran parte de la vegetación, por lo que se les emplea en vías o áreas industriales.
Se debe considerar que un herbicida es capaz de causar serios impactos en la naturaleza, a la fauna y a los seres humanos. El efecto tóxico que poseen tales sustancias, requieren que sean maniobradas con cautela. Asimismo, es de tener en cuenta, que muchas veces al erradicar plantíos, se les quita sustento y hogar a las aves. Peor no bastando, pueden provocar efectos secundarios nocivos en la tierra y por consiguiente, afectar de gravedad a la agricultura.
Uno de los herbicidas que ha causado mayor revuelo a nivel internacional, es el denominado glifosato, puesto que se han demostrado con evidencias científicas, que es desencadenante de cáncer, además de dañar el ecosistema y la biodiversidad.
Algunas personas prefieren elaborar sus propios herbicidas, de manera natural, para no contaminarse a sí mismos, al ambiente, ni a ningún ser vivo.
La maleza es una dificultad presente a la hora de cultivar. Retirarla no es un deseo vano de alguien, sino que resulta necesario para el correcto desarrollo de las plantas.
Una de las alternativas de mayor simpleza para preparar un herbicida, tan sólo requiere de agua hirviendo. Únicamente con esto, es posible eliminar los tallos y las hojas inservibles que se reproducen en las zonas agrietadas o terminan invadiendo espacios del cultivo o el jardín. Reduce costos, pero también podría dificultar la labor, al contar con el riesgo de quemarse, lastimar a alguien, o a las plantas que se deben cuidar.
Otro método que funciona para matar maleza, es utilizar sal común y corriente, pues su composición es el cloruro de sodio. Se mezcla un poco de sal en agua caliente, junto con jabón líquido. Cuando ya se han combinado los ingredientes, se añade a un atomizador y con éste, se rocía la vegetación indeseable. Si no se usa con precaución, se pueden generar daños en la tierra.