Definición
Sustantivo femenino que designa a una máquina empleada para anclar los vagones de un vehículo férreo. Aunque también puede usarse de manera adjetival, haciendo alusión a algo relacionado con la locomoción, entendida como moverse de un lugar a otro.
Etimología
Este término se derivó del latín ‘loco’, como forma ablativa de ‘locus’, con el sentido de ‘lugar’, en combinación con el vocablo ‘motivus’, propio del latín del Medioevo, con el significado de generar movimiento.
Una locomotora consiste en un vehículo rodante, puesto que se halla dotada de ruedas y por consiguiente, es capaz de transitar por las vías del ferrocarril. Al igual, consta de un motor eléctrico, de combustión o de vapor.
Fue hasta la mitad del siglo XX, que las locomotoras de vapor eran las más empleadas. Esta maquinaria funciona con un sistema de combustión de carbón, madera, biomasa o cualquier otro combustible para la caldera, con el propósito de que se caliente el agua. Entonces, empieza a evaporarse por acción de la ebullición y logra crear una presión que mueve los pistones, que a su vez impulsan las ruedas por medio de un conjunto de bielas.
Teniendo en cuenta que el agua resultaba de vital importancia para generar vapor y en tal efecto, para que pudiesen funcionar estos trenes, se debía reabastecer constantemente. Pero aunque parezca un transporte antiguo y obsoleto, en la actualidad todavía hay municipios y ciudades que utilizan locomotoras a vapor, algunas sólo como atracción turística.
También existen las locomotoras diésel, diseñadas para generar la energía por medio de un motor de combustión interna con ciclo diésel, dotado con dos o cuatro velocidades. En el caso de los trenes más pequeños, la potencia se logra a través de un sistema mecánico, pero las locomotoras grandes requieren un sistema eléctrico o hidráulico.
Las locomotoras eléctricas se cargan con una fuente externa, para que funcione el motor de tracción. El proceso necesita cables de alimentación.