Etimología

etimología proviene del prefijo ‘a’ por el latín ‘ad’ (cercanía), junto con el vocablo ‘cabo’ y con éste del latín ‘caput’, que significa cabeza.

Este vocabulario es muy utilizado en el habla hispana y cuenta con diversas acepciones, según sea el caso en distintos contextos.

Indubitablemente, el empleo que más se le adhiere, es llegar al fin de lo que se busca, o el fin de algún evento o de experimentar algo. Por ejemplo: “ese sermón parece que nunca se fuera a acabar”.

En otro sentido diferente, esta terminología se utiliza para dar a entender acciones como consumir o apurarse, en virtud del tiempo que se agota. Por ejemplo: “debes acabar tu desayuno rápidamente, porque el autobús escolar está a punto de pasar”. “el tiempo de reclamación se acabó”.

En lo concerniente de la fabricación de muebles o de obras de arte, este verbo se emplea para designar la dedicación y trabajo inspirado del artista o el autor, para con su trabajo. Por ejemplo: “Vas a acabar esa pintura como un experto”.

En el ámbito de las relaciones interpersonales, denota el final de las mismas, como acabar un noviazgo, una amistad, etc. popularmente, en algunos países latinos, se usa esta palabra para dar a entender una eyaculación.

Asimismo, este vocabulario hace alusión a la forma en cómo se culmina un evento, se gasta algo o el diseño de la parte extrema de alguna pieza. Ejemplo: “se va a acabar rápido el azúcar y debemos comprar más”. “Esos pantalones acaban en un frunce”. Se asume más que todo como sinónimo de terminar.

Esta palabra se halla presente en diversas expresiones y oraciones, como las siguientes:

• “Se acabó lo que se donaba”.
• “Se acabó”. Hace entender que ya no se habla más del asunto.
• “No acabar de”. Designa una acción que no se ejecuta por completo.
• “De nunca acabar”. Se refiere de algo que se alarga demasiado.
• “¡Acabáramos!”. Se utiliza después de haber aguardado que algo se confirmara o se esclareciera.