Definición
La «artrosis» es un sustantivo femenino que hace referencia a una alteración patológica de las articulaciones, caracterizada por un desgaste progresivo del cartílago que las recubre. A diferencia de otras enfermedades articulares, la artrosis no suele estar acompañada de inflamación. Con el tiempo, este desgaste puede provocar dolor, rigidez y deformación en las articulaciones afectadas, lo que limita la movilidad y afecta la calidad de vida del paciente.
Etimología
El término «artrosis» tiene su origen etimológico en el griego antiguo. Proviene de la combinación de «αρθρον» (árthron), que significa «articulación», y el sufijo «-sis» o «σις» (-sis), que denota «enfermedad» o «estado anormal». Por lo tanto, la palabra artrosis se refiere literalmente a una enfermedad de las articulaciones, haciendo énfasis en la alteración degenerativa que afecta a estas estructuras.
Características
La artrosis se caracteriza por varias peculiaridades que la distinguen de otras afecciones articulares:
- Desgaste del cartílago: La principal característica de la artrosis es el deterioro progresivo del cartílago articular, el cual actúa como amortiguador entre los huesos de una articulación.
- No inflamatoria: A diferencia de la artritis, otro tipo de enfermedad articular, la artrosis generalmente no conlleva inflamación de las articulaciones afectadas.
- Deformación articular: Con el tiempo, el desgaste del cartílago puede llevar a cambios en la forma y estructura de las articulaciones, provocando deformidades que afectan la movilidad.
- Dolor y rigidez: Los pacientes con artrosis experimentan frecuentemente dolor y rigidez en las articulaciones afectadas, especialmente después de períodos de actividad física o al levantarse por la mañana.
Clasificación
La artrosis puede clasificarse de diversas formas según varios criterios, como la ubicación de las articulaciones afectadas, la causa subyacente o la gravedad de la enfermedad:
Según la ubicación
La artrosis puede afectar cualquier articulación del cuerpo, pero las más comúnmente afectadas incluyen las rodillas, caderas, manos, columna vertebral y articulaciones de los dedos.
Según la causa
Existen varios factores que pueden contribuir al desarrollo de la artrosis, incluyendo el envejecimiento, lesiones previas en las articulaciones, obesidad, predisposición genética y actividades físicas repetitivas.
Según la gravedad
La artrosis puede clasificarse en diferentes estadios según la gravedad de los síntomas y el grado de deterioro articular, que van desde leves molestias hasta discapacidad grave.
Síntomas
Los síntomas de la artrosis pueden variar según la articulación afectada y la gravedad de la enfermedad. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Dolor: especialmente después de realizar actividades físicas o al estar en reposo durante períodos prolongados.
- Rigidez: especialmente por la mañana o después de estar sentado durante mucho tiempo.
- Inflamación leve: en algunas ocasiones puede haber hinchazón alrededor de la articulación afectada.
- Deformidad articular: en etapas avanzadas de la enfermedad, las articulaciones pueden verse deformadas y limitar la movilidad.
Tratamiento
El tratamiento de la artrosis se basa en aliviar los síntomas, mejorar la función articular y prevenir la progresión de la enfermedad. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
- Medicamentos: analgésicos y antiinflamatorios pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia: ejercicios de fortalecimiento muscular y estiramientos pueden mejorar la movilidad y la estabilidad de las articulaciones.
- Terapia ocupacional: adaptaciones en la vida diaria y el uso de dispositivos de asistencia pueden facilitar las actividades cotidianas.
- Cirugía: en casos severos, puede ser necesaria la cirugía para reparar o reemplazar la articulación dañada.
Prevención
Si bien la artrosis no siempre puede prevenirse, existen medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad:
- Mantener un peso saludable: el exceso de peso aumenta la carga sobre las articulaciones, lo que puede acelerar el desgaste del cartílago.
- Ejercicio regular: mantenerse activo ayuda a fortalecer los músculos y mantener la flexibilidad de las articulaciones.
- Evitar lesiones: tomar precauciones para evitar lesiones deportivas o laborales que puedan dañar las articulaciones.
- Seguir una dieta balanceada: consumir una dieta rica en nutrientes puede ayudar a mantener la salud de las articulaciones y el cartílago.
Conclusiones
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque no tiene cura, el tratamiento adecuado puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La prevención mediante hábitos de vida saludables y el control de los factores de riesgo son fundamentales para reducir la incidencia y la gravedad de la artrosis.