Definición
Sustantivo masculino. Se define como el proceso por el que una aeronave, objeto volador o ave, retorna al suelo.
Etimología
Este término proviene de la voz francesa ‘atterrissage’ y se encuentra compuesto con el prefijo ‘ad’, que traduce “hacia”, junto con el vocablo ‘terra’, que significa tierra, más la partícula compositiva ‘izar’, misma que señala “convertir en”. Ésta a su vez, se origina del griego ‘ίζειν’. Finalmente, con el sufijo ‘aje’, una forma evolucionada del latín vulgar ‘ticum’, tan frecuente en términos que fueron adoptados del francés y que presentan una noción de acción.
Casi siempre, el aterrizaje se efectúa según un modelo de planificación específica. Debe ser en un sitio previamente acordado y autorizado, luego de recorrer su plan de vuelo. En caso de que se presenten contrariedades, como adversidades climáticas o problemas mecánicos, podría requerirse un aterrizaje forzoso. En tal efecto, en muchos de los casos, se necesita aterrizar en las instalaciones aeroportuarias distintas a las que se había programado.
Con el fin de que una aeronave logre volver a tocar suelo, en seguida de una ruta de vuelo, debe utilizar el denominado tren de aterrizaje, un sistema mecánico especializado que sirve para incorporar los aviones y que se halla estructurado con unas ruedas, para el asentamiento eficiente en la pista.
Existen dos clases de tren de aterrizaje: retráctil y fijo. Este último, corresponde al que a través de toda la trayectoria se enfrenta contra las fuertes corrientes de aire. Mientras que el retráctil, es aquel que se encuentra retraído en el interior de la estructura de la aeronave.
En otro sentido, popularmente se usa esta palabra para hacer alusión a todo el que se caiga al piso. Por ejemplo: “el presentador caminaba por el escenario, cuando se tropezó con una de las luces del escenario y protagonizó un gracioso aterrizaje en medio del set de grabación”.