Etimología

Este vocablo en su etimología es de procedencia latina bajo la denominación  ‘consolāre’, forma verbal de ‘sōlus’, que significa solo.

Es posible consolar a una persona enferma que sufre alguna dolencia, o a alguien que se encuentra soportando problemas familiares complejos, o a un conocido que se accidentó, o a un amigo que pasa por el desamor, en fin, a cualquier persona que padezca algún problema de cualquier tipo, tanto psicológico como material.

Consolar es una acción propia de la virtud de la solidaridad humana. Es una forma de manifestar consideración y apoyo hacia una persona y es un modo de actuar característico de individuos con una alta formación en valores y principios.

Existen entidades y organizaciones que se dedican desde una labor social, a consolar a la población vulnerable y necesitada, como por ejemplo algunas ONGs, asociaciones de ayuda y voluntariado, comedores comunitarios, entre otros.

El objetivo de consolar varía de contexto. Por ejemplo, en el sentido psicológico, se puede ayudar y ayudarse a sí mismo, a superar alguna circunstancia difícil, labor a la que se dedican sacerdotes, pastores y psicólogos, especialmente. Pero en otro ámbito totalmente distinto, en lo que concierne de la sexualidad, consolar se entiende como emplear algún objeto diseñado para causar placer en las áreas genitales, mismos que se denominan como “consoladores”.

La manera más conocida de consolar a los demás, es escuchar los problemas del otro e intentar orientarlo y apoyarlo, desde lo espiritual hasta lo físico. Se sintetiza en de cierta forma, brindar tranquilidad y esperanza.

Aunque se encuentran numerosas instituciones y organismos enfocados en consolar a los más vulnerables, no en todos los casos se consigue tal fin. Por ejemplo, una persona que siente una enorme angustia y desolación, quizá por haber perdido un hijo, difícilmente algo o alguien la pudiera consolar.

Los seres humanos tienden a buscar la felicidad y en ese camino, se valen de diferentes diversiones y entretenimientos que le ayuden a olvidar al menos por un instante, sus penas. Entonces se refugia en las drogas, el juego, el licor y otras adicciones.  Pero es un falso consuelo.