Etimología

Este vocablo en su etimología viene del latín «diamĕtrus» y con ella del griego «διαμετρος» (diametros).

Se compone lexicalmente del prefijo ‘dia’, cuyo significado en español es “a través”; junto con el vocablo ‘metron’, que traduce ‘medida’.

Fue el célebre matemático Euclides, tres siglos antes de Jesucristo, quien llamó ‘diámetro’ a la línea recta que se puede trazar de un punto extremo al otro dentro de un círculo, pasando exactamente por el centro de la esfera o curva cerrada. Esa línea parte en dos mitades exactas a la circunferencia.

El famoso número Pi, surge de la relación que se produce entre longitud y diámetro de un círculo. Se ha catalogado como un número irracional, mismo al que lo reducen en sus primeras cifras así: 3,14.

En diversas áreas, es necesario conocer el diámetro de algún objeto. Por ejemplo, el diámetro de un anillo establece si es la medida adecuada del dedo de una persona. En el caso en que el diámetro sea grande, es claro que el anillo será de grandes proporciones. Pero si el diámetro es pequeño, el anillo será  igualmente pequeño y no podrá entrar.

Los astrónomos necesitan obligatoriamente saber el diámetro del planeta Tierra. Es por ello, que durante siglos y largos periodos de tiempo, diferentes científicos se propusieron calcularlo. La historia cuenta que el primero en proponérselo y lograrlo fue Eratóstenes de Cirene, un sabio griego en el siglo II a.C.

En el presente se ha determinado que el diámetro de nuestro planeta equivale a 12.756,247 kilómetros, aproximadamente. Es algo que asombra a la ciencia, puesto que hace más de dos milenios Eratóstenes ya había dado con esta cifra.

Cuando se habla de diámetro, no se puede dejar de lado un elemento primordial que va de la par, en las medidas de una circunferencia: el radio. Éste equivale a la mitad del diámetro y es el segmento que cumple con la función, gracias a sus características, de unir algún punto del círculo con el centro del mismo.