Definición
Sustantivo masculino y femenino. Este término se refiere a la persona que vive en soledad ya sea en una vivienda o casa. Esta expresión se puede emplear como adjetivo. Persona que puede ser un párroco que vive en una ermita y cuida de ella. (en zoología) crustáceo que corresponde al orden de los decápodos, infraorden de los anomuros y superfamilia de los paguroideos, se caracteriza por tener una concha de caracol, llamado cangrejo ermitaño.
Etimología
Este vocablo viene del castellano antiguo ‘ermitán’ y del bajo latín ‘eremitanem’ forma acusativo de ‘eremīta’.
Este vocabulario en su esencia más primaria, se derivó del griego ‘ἔρημος’, que traduce ‘desierto’. No obstante, la palabra fue cambiando de acepción con los siglos y se ha consolidado como “todo individuo que vive solitario”.
Se trata de una persona que decidió irse a vivir voluntariamente a un sitio alejado de todo y en plena soledad, con el propósito casi siempre de obtener máximos avances espirituales.
Esta terminología se emplea para designar en el ámbito cristiano, al devoto que renunció a las relaciones interpersonales, para entregarse como sacrificio a Dios, pasando largas horas orando, meditando y realizando las labores de la comunidad. De aquí surge la palabra ermita, que es el templo en el que se realizan las actividades monásticas.
En la iglesia Católica, en algunas comunidades religiosas, se estableció la vida eremítica, para aquellas personas que sienten que su vocación es apartarse por completo del mundo y dedicarse a la divinidad.
En otro contexto, en la fauna se encuentra el cangrejo ermitaño, una criatura de la que se alimentan varias especies, razón por la que busca resguardarse y defenderse dentro de las conchas y los moluscos que consigan vacíos. Puede darse el caso de que en un sitio se hallen varios cangrejos ermitaños, pero pocas conchas vacías, entonces se desencadena una batalla entre los mismos, para quedarse con las corazas de los caracoles.
La carta del Ermitaño, en el Tarot egipcio
Esta carta es representada por un anciano de cabellera blanca caminando, vestido con un manto y en sus manos lleva una lámpara que ayuda a divisar el camino, apoyado con un báculo de siete nudos, muy similar a Moisés.
Augura triunfos académicos y espirituales y por analogía de contrarios, advierte de la necesidad de ser reflexivo y paciente. Del mismo modo, profetiza episodios de soledad ante algún evento adverso. En síntesis, recomienda el discernimiento, antes de tomar cualquier decisión.