En el siglo XVII, lo tomó la lengua francesa como ‘groupe’, especialmente empleado en el arte para designar un cúmulo de elementos en una pintura, o a distintas esculturas que adornan un jardín y finalmente, se asumió como un grupo de individuos con objetivos afines. Sumado al sufijo ‘al’, que señala un adjetivo del tipo de relación o pertenencia.

La unión grupal

Se logra cuando se ha podido integrar o ser parte de un grupo, formar un todo, o complementarse con cada una de las partes de un todo.

La terapia grupal

Consiste en compartir las experiencias de auto conocimiento, por medio de la interrelación con otros individuos con los mismos problemas, en un espacio en el que es posible expresarse libremente. Un grupo de ese estilo, es de gran utilidad para que se desarrollen vínculos y surjan alternativas de solución, en un ambiente de confianza, respeto y tranquilidad. Cada uno cuenta ante los demás, sus experiencias, tal cual sucede en asociaciones como Alcohólicos Anónimos, entre otras.

El trabajo grupal

Cuando se decide trabajar en equipo, cada participante debe comprometerse con el trabajo y velar por el bien de cada uno de sus compañeros. Para tal fin, cada miembro debe ser muy condescendiente con los otros y ceder cuando sea necesario. Asimismo, es necesario cumplir con el rol correspondiente y si todos proceden unidos de ese modo, las probabilidades del triunfo en lo que sea que se hayan propuesto, aumentan considerablemente.