Definición
Sustantivo masculino. Esta palabra hace referencia de una sustancia o producto químico que llega a la célula desde afuera y que es vital para su desarrollo.
Etimología
Esta terminología etimológicamente presenta la acepción “que alimenta” y se constituye con el participio activo ‘nte’, derivado del verbo ‘nutrir’, que a su vez, proviene del vocablo latino ‘nutrire’, que significa “alimentar”.
La célula se encarga de absorber y asimilar cada nutriente, gracias a un proceso denominado anabolismo, o también por medio de la degradación, con el fin de conseguir moléculas adicionales.
Un nutriente es la parte del alimento que desempeña un papel fundamental y activo en las distintas reacciones metabólicas. Por ejemplo, en el caso de las plantas, sus nutrientes esenciales son los minerales, el agua y el oxígeno, pero en una persona o animal, el alimento radica en vegetales y carne o sangre de otros animales.
Cualquier ser viviente que no posea la capacidad de la fotosíntesis, como en el reino de las plantas, lo alimentan nutrientes dotados con lípidos, proteínas y glúcidos, principalmente.
Clases de nutrientes
Dependiendo de la función que cumpla en un proceso metabólico, un nutriente podría pertenecer a alguna de las dos clasificaciones generales:
Nutrientes esenciales: indispensables para el cuerpo, puesto que el organismo no es capaz de sintetizarlos, sino que debe conseguirlos de la naturaleza.
Nutrientes no esenciales: no resultan necesarios y se pueden sintetizar a través de moléculas precursoras, en algunas ocasiones.
Otra forma de organizar los nutrientes para su análisis, puede ser teniendo en cuenta el volumen de éstos que las células absorben. Entonces, se habla de macronutrientes, mismos que son necesarios día a día, como las diferentes proteínas. Por su parte, los micronutrientes se necesitan en poca medida y casi siempre, el organismo los emplea para regular procesos energéticos. Es gracias a los nutrientes, que las células obtienen toda la energía y vitalidad para su desarrollo y funcionamiento.
Gracias a los nutrientes, las células obtienen los nutrientes necesarios para su funcionamiento.