Etimología

Este término corresponde a un neologismo que se originó de una combinación de lexemas latinos con griegos. Concretamente, el prefijo latino ‘prae’, que significa ‘delante’ o ‘antes’, junto con el vocablo griego ‘ἱστορία’ (historia).  A su vez, este lexema se originó de ‘ἵστορος’ (hístoros), que en español traduce testigo o conocedor. Culmina con el sufijo ‘ia’, el cual le tribuye la condición de cualidad. Presenta la noción etimológica de “lo que se encuentra antes de la historia”.

De manera general, la prehistoria se asume como el periodo comprendido entre el instante en que apreció el hominino, una subtribu de simios de la que supuestamente surgió el Homo Sapiens, hasta el momento en el que se pudo recopilar registros históricos de la humanidad. Este lapso de tiempo es investigado por las ciencias relacionadas con la Arqueología y la Paleontología. La teoría de la evolución de los primates cada día se cuestiona más y ha perdido bastante terreno en su validez.

Los historiadores se encuentran divididos en sus posturas con respecto a la prehistoria. Algunos creen que la historia como la conocemos, se constituye con esos acontecimientos en los que figura el ser humano desde su aparición en el planeta Tierra, o sea todos aquellos eventos que ocurrieron antes que los humanos.

En tal efecto, la prehistoria se considera desde el momento en que se tiene registro de un ser humano, hasta que se inventó la escritura, cerca del año 3.000 antes de Cristo. No obstante, tampoco se cuenta con la claridad del inicio de los escritos, pues fueron surgiendo en diversas épocas y regiones. Asimismo, existen otros historiadores que contemplan la posibilidad de que la historia debe involucrar todos los sucesos relacionados con el ser humano y por consiguiente, sale sobrando ese capítulo de la prehistoria, tal como se expuesto al público.