Etimología

Este vocablo etimológicamente viene del latín ‘proponĕre’ y con esta denominación, del italiano ‘proponere’.

En otras palabras, proponer es un verbo que hace alusión a lanzar una propuesta. Se entiende como propuesta a una idea o proyecto, que se expone para que alguien más los tenga en cuenta.

Algunos ejemplos:

“La próxima semana, le voy a proponer a mi jefe un negocio para que me aumente el sueldo”.

“Este fin de semana Juan le va a proponer matrimonio a Elizabeth”.

“No es recomendable proponer una refinanciación”.

Si una persona propone alguna cosa, expresa un anhelo o deseo de que algo se geste o se realice, según sus planes o cálculos. El objetivo es que la otra u otras personas reaccionen y respondan, frente a lo planteado.

En el caso por ejemplo, de proponer matrimonio, es una acción en la que se le invita a casarse y a pasar el resto de la vida juntos, o también lo que equivale a ofrecer que la relación amorosa se concrete por medio de las vías legales y/o una ceremonia ritualista.

Proponer un negocio consiste en expresar la perspectiva, el análisis y la opinión acerca de una posible futura relación comercial, en el que ambas partes podrían salir beneficiados si proceden de esa manera.

Es necesario considerar que la acción de proponer no es lo mismo que imponer. Cuando se propone, se manifiesta una recomendación o una exhortación, dando la posibilidad de que la otra u otras personas la acepten o rechacen. Como en el caso en que un joven invite a una mujer a viajar juntos, ella podría negarse o dar una respuesta positiva. Muy diferente sería si se retiene a la fuerza

En lo que concierne a los asuntos laborales, escolares o académicos, cuando se habla de proponer, se entiende como una sugerencia de que alguien se posicione en determinado cargo, o se le rinda algún homenaje o condecoración honorífica. Ejemplo: “Todos los docentes de la decanatura acordaron proponer al licenciado Ramón Valdez, como el próximo decano”.