Etimología

Este vocablo etimológicamente es de origen latino, bajo la denominación ‘recipĕre’, con la misma acepción.

Esta terminología se puede emplear en distintos ámbitos en el habla hispana. Por ejemplo, si una persona acepta, se queda y toma ese algo que le han enviado o le han entregado directamente, se entiende como recibir. “Pedro recibió 2000 dólares al ser despedido por la compañía”.

Asimismo, este vocabulario se usa para señalar la aprobación y aceptación de algo. “En la oficina recibieron la queja. Por ahora no queda más que aguardar una respuesta”.

Otra manera de emplearlo, es para hacer alusión al hecho de aprobar la visita de una o más personas. “El diputado tiene pensado recibir al jefe del partido de la oposición”.

En otro contexto, se utiliza para referirse al hecho de encontrarse con una persona que llegó de viaje, generalmente en un aeropuerto o terminal de buses, a quien sus amigos, conocidos o parientes van a recibir.

De igual forma, la acción de recibir puede implicar algo negativo o experimentar alguna circunstancia. “Paula recibió la noticia del fallecimiento de su gran amigo Sergio, el día en que miró las redes sociales”.

A la acción de captar alguna frecuencia o señal, se le llama recibir. Por ejemplo: “este teléfono recibe muy mal la señal cuando voy a la montaña”.

En el mundo de la tauromaquia, recibir se define como la postura que en un momento dado, asume el torero en sentido hacia la derecha, en el instante en que se aproxima al toro para ultimarlo.

En otro sentido, esta palabra se emplea para designar la acción de conseguir un título profesional, un homenaje, una condecoración, un nombramiento de un cargo, etc. En la academia, en varios países, cuando un estudiante termina el programa de su carrera y aprueba todos los exámenes, recibe su título y se expresa como en el siguiente ejemplo: “Carlos se recibió de ingeniero”.

El término antónimo de recibir, es rechazar, no aceptar alguna cosa.