Definición
Sustantivo masculino. Este vocabulario se refiere como el efecto o el resultado de perjudicar, dañar, deteriorar, lastimar, menoscabar o desfavorecer ya sea en el ámbito moral o material. (en derecho) detrimento o agravio patrimonial que debe ser indemnizado por quien lo causa u origina. (en derecho) indemnización que se ha de pagar un quebranto o acción desfavorable.
Etimología
a palabra etimológicamente procede del latín ‘praeiudicium’ y con ella del italiano ‘pregiudicio’.
Frase de ejemplo:
Tuvieron que indemnizar a Jose, por daños y perjuicios.
Perjuicio simbólico o material
Un perjuicio puede ser de índole simbólica o material. Tal es el caso de un borracho al volante que estrella su automóvil contra la fachada de un establecimiento, entonces habrá ocasionado un perjuicio material. Por consiguiente, la ley lo obliga a responder por los daños ocasionados con una suma monetaria. Por otro lado, si un político se atreve a calificar a otro de mentiroso y de falto de ética, le estaría causando un perjuicio simbólico.
Perjuicio en el derecho
En el contexto legislativo, un perjuicio se define como un menoscabo que amerita una indemnización para el afectado. Por lo tanto, el sujeto que haya generado el perjuicio, se verá obligado a pagar lo que haya lugar para reparar a su víctima. El grado de éste, se calcula en virtud de si fue ejecutado de modo negligente, aunque involuntario; o doloso, si fue un acto premeditado.
En varios países, cuando se quiere poner el caso en manos de las autoridades competentes, se le llama instaurar una denuncia por daños y perjuicios.
Perjuicios al plagiar
Cuando existe un plagio, también se produce un perjuicio. Al copiar el texto autoría de otra persona, difundirlo, hacer uso y no informar sobre su verdadero origen, legalmente se reconoce como un perjuicio al autor. Al igual ocurre con todas las obras de arte, en cualquiera de sus modalidades.
Perjuicios a la salud
Otra acepción diferente, es el daño que originan algunos productos o comidas, que resultan nocivas para la salud, como por ejemplo el azúcar, el exceso de sal, las harinas refinadas, los transgénicos, los refrescos gaseosos, entre otros muchos comestibles y bebidas.
Por ejemplo, concretamente el café: a pesar de ser tan consumido, desencadena una serie de perjuicios, como descalcificar los huesos, alterar los nervios, iniciar o agravar las úlceras y la gastritis, eleva el ritmo cardíaco, incrementa las posibilidades de un aborto espontáneo y afecta los riñones.