Definición
Sustantivo femenino. Este término se refiere a una secreción, líquido o fluido de reacción alcalina, y a su vez de tipo corporal, que se segrega por unas glándulas ubicadas en la boca del humano y la mayoría de los animales; se emplea para reblandecer los alimentos y así facilitar en el proceso digestivo. La locución «tragar saliva» quiere decir soportar en silencio, sin protestar, una expresión, amonestación o un acto que ofende.
Etimología
Este vocablo en su etimología viene del latín «salīva» con la misma acepción, que a su vez deriva del verbo «salivare», que significa «producir saliva». La palabra «salivare» está formada a partir de «sal«, que significa «sal» y «ivus», que significa «sabor». Por tanto, la etimología de la palabra «saliva» tiene relación con el sabor a sal que tiene la saliva.
La saliva es una secreción producida por las glándulas salivales, las cuales se encuentran distribuidas en toda la boca. Es un líquido claro y viscoso que contiene una serie de enzimas y proteínas que tienen diversas funciones en la boca y en el proceso de digestión.
Componentes de la saliva
La saliva se compone principalmente de agua y sales minerales, como cloruros, fosfatos y bicarbonatos. También contiene pequeñas cantidades de proteínas, lípidos y carbohidratos. Las glándulas salivales producen diferentes tipos de saliva según su función, pero la saliva parótida y la sublingual son las más importantes.
La saliva parótida se produce por las glándulas parótidas, que se encuentran en la parte anterior y inferior de la mandíbula. Esta saliva es más diluida y menos viscosa que la producida por las otras glándulas salivales. Contiene bicarbonato y fosfato, lo que le da un pH ligeramente alcalino y le confiere una función alcalinizante en la boca.
La saliva sublingual se produce por las glándulas sublinguales, que se encuentran debajo de la lengua. Es más viscosa que la saliva parótida y contiene mayor cantidad de lípidos y proteínas. Esta saliva también es rica en enzimas, como la amilasa, que participa en la digestión de los carbohidratos.
Otras glándulas salivales importantes son las glándulas submaxilares y las glándulas sublinguales menores. Estas glándulas producen saliva más viscosa y rica en enzimas y proteínas, y tienen una función importante en la lubricación y protección de la boca.
Importancia de la saliva
La saliva es esencial para la lubricación y protección de los tejidos de la boca, y es fundamental para el proceso de deglución y habla. También es importante para la digestión, ya que contiene enzimas que participan en la digestión de los carbohidratos y los lípidos. Además, ayuda a neutralizar los ácidos producidos por la bacteria oral, lo que contribuye a mantener el pH adecuado en la boca y a prevenir la caries dental. La producción de saliva disminuye con la edad y puede ser afectada por ciertos medicamentos y enfermedades, como el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmunitaria que provoca la inflamación y destrucción de las glándulas salivales. La falta de saliva puede causar sequedad y dolor en la boca, dificultad para hablar y tragar, y un mayor riesgo de caries dental.
En resumen, la saliva es una secreción producida por las glándulas salivales que se encuentran distribuidas en toda la boca. Es un líquido claro y viscoso que contiene agua, sales minerales y pequeñas cantidades de proteínas, lípidos y carbohidratos. La saliva parótida es producida por las glándulas parótidas y es más diluida y menos viscosa que la producida por otras glándulas salivales. La saliva sublingual es producida por las glándulas sublinguales y es más viscosa y rica en enzimas y proteínas.
Las glándulas submaxilares y las glándulas sublinguales menores también producen saliva y tienen una función importante en la lubricación y protección de la boca. La saliva es esencial para la lubricación y protección de los tejidos de la boca, el proceso de deglución y habla, y la digestión. También ayuda a neutralizar los ácidos producidos por la bacteria oral y a mantener el pH adecuado en la boca. La falta de saliva puede causar sequedad y dolor en la boca, dificultad para hablar y tragar, y un mayor riesgo de caries dental.
Mitos sobre la saliva
Existen varios mitos o creencias populares sobre la saliva que no se basan en hechos científicos o que han sido desmentidos por la ciencia. Algunos de estos mitos son los siguientes:
- La saliva tiene propiedades curativas: Aunque la saliva contiene algunas enzimas y proteínas que pueden tener algún efecto beneficioso sobre la piel o las mucosas, no tiene propiedades curativas. No se debe utilizar la saliva para limpiar heridas o quemaduras, ya que puede aumentar el riesgo de infección.
- La saliva es estéril: La saliva no es estéril, sino que contiene una gran cantidad de bacterias. Algunas de estas bacterias son beneficiosas para la boca y participan en el equilibrio de la flora oral, pero otras pueden ser patógenas y causar enfermedades.
- La saliva seca rápidamente: La saliva no seca rápidamente, sino que es un líquido viscoso que se adhiere a las superficies y permanece húmedo durante un tiempo prolongado.
- La saliva tiene sabor a lo que comes: La saliva no tiene sabor a lo que comes, sino que tiene un sabor salado y ligeramente ácido debido a los componentes químicos que contiene. El sabor de los alimentos que comemos se debe a las sustancias aromáticas y sabores que liberan los alimentos al entrar en contacto con la saliva durante la masticación y la deglución.
- La saliva ayuda a la digestión: La saliva no ayuda directamente a la digestión, sino que contiene enzimas que participan en la digestión de los carbohidratos y los lípidos. La digestión se lleva a cabo principalmente en el estómago y el intestino delgado, donde se secretan otros tipos de enzimas y jugos digestivos.