Etimología

Este vocablo en su etimología viene del latín vulgar ‘temporānus’, que sucede a tiempo y éste del latín tardío ‘temporaneus’.

Si se llega temprano a un sitio, por consiguiente, se habrá llegado anticipadamente de lo acordado o acostumbrado. Ej: “todavía pienso que es temprano y no han abierto el supermercado”. “María tenía una cita con su mamá, pero llegó más temprano”. “Ana está esperando desde hace una hora, porque llegó muy temprano y se sentó en la recepción”.

Lo temprano igualmente se relaciona con lo que sucede más velozmente de lo común, o hasta ahora inicia algo. Al afirmar que en un partido de fútbol uno de los equipos anotó un gol de forma temprana, quiere decir que esa marcación se presentó en los primeros minutos después del encuentro.

Asimismo, se puede emplear esta palabra, para la expresión “edad temprana”, que se refiere a la etapa de la juventud.

El comienzo de algún periodo temporal, lleva el calificativo de temprano, como las primeras horas de un día, de la tarde, o de la noche. Ej: “En la tarde, muy temprano, Pedro salió hacia su trabajo”. “Es muy temprano; la noche es joven y la fiesta está muy buena”.

También, temprano figura como un apellido, aunque no tan común. Tal es el caso del famoso periodista español Miguel Temprano, conocido por su participación en distintos programas televisivos y su desenvolvimiento en el ámbito noticioso e informativo en España.

En el contexto literario, se hallan distintas obras que han usado esta palabra para elegir sus títulos. Por ejemplo, el libro de poemas intitulado “Tarde o Temprano”, de Emilio Pacheco, publicado en el año 200.

En lo que concierne de la biología y otras ramas de la ciencia, lo temprano se concibe como lo que se halla en fases iniciales de su progreso. Un ejemplo es el Cretácico Temprano, como se denomina un periodo de la Geología. Se habla de Budismo temprano, al primer movimiento que surgió luego del fallecimiento de Sidharta Gautama.