Definición
Es un sustantivo masculino que que en termino de zoología se define como un arácnido de respiración traqueal o cutánea, con cefalotórax, va unido al abdomen y es conocido como el arador de sarna, un ácaro que transmite al ser humano la enfermedad de la sarna.
Etimología
La palabra «ácaro» proviene del griego «akari», que significa «pequeño insecto«. La raíz etimológica de «ácaro» es «akari», que también es la raíz de palabras en otros idiomas como el italiano («acaro») y el francés («acarien»). La voz «akari» es un sustantivo que se utiliza para describir a un pequeño insecto que a menudo se encuentra en el polvo y puede causar alergias y enfermedades. La palabra «ácaro» se refiere específicamente a los ácaros de la familia Acaridae.
La familia Acaridae es un grupo de artrópodos que se encuentra en todo el mundo y se alimenta de una variedad de materia organico/»>orgánica, incluyendo plantas, animales y otros artrópodos. Los ácaros son importantes en la cadena alimentaria y son un componente importante de muchos ecosistemas.
Estructura y características de los ácaros: Desde su tamaño hasta su ciclo de vida
Se trata de una subclase de arácnidos que se caracterizan por su pequeño tamaño, que a veces puede ser microscópico. Se encuentran por todo el mundo e incluso se hallan en la superficie corporal de algunos huéspedes, mamíferos principalmente. Dentro de este grupo se han descrito un total de 50.000 especies, pero se estima que hay muchas más sin conocer.
El cuerpo de los ácaros se divide en dos segmentos o tagmas: el gnatosoma o proterosoma, que contiene la boca, los quelíceros y los pedipalpos; y el idiosoma o histerosoma, que contiene los cuatro pares de patas articuladas y los órganos internos. Los ácaros tienen ocho patas, a diferencia de otros artrópodos, y cada una está formada por siete partes llamadas coxa, trocánter, fémur, genu, tibia, tarso y pretarso.
Poseen un aparato digestivo formado por tres partes: el estomodeo, el mesodeo y el proctodeo. La digestión es externa, ya que segregan enzimas digestivas por la boca para disolver la comida y luego la absorben con sus quelíceros. El aparato respiratorio puede ser traqueal o cutáneo, dependiendo del tipo de ácaro. El sistema nervioso consta de un cerebro dorsal y una cadena ventral de ganglios conectados por nervios.
Se les clasifica como animales dioicos (de sexos separados) y se reproducen sexualmente mediante fecundación interna. El desarrollo puede ser directo o indirecto, según si hay metamorfosis o no. Los ácaros pueden ser ovíparos (ponen huevos), ovovivíparos (los huevos eclosionan dentro del cuerpo materno) o vivíparos (dan a luz crías vivas).
Los ácaros tienen un ciclo de vida que consta de cuatro fases: huevo, larva, ninfa y adulto. La larva tiene solo seis patas y pasa por varias mudas hasta convertirse en ninfa. La ninfa tiene ya ocho patas y también pasa por varias mudas hasta llegar al estado adulto. El tiempo que dura cada fase depende de la especie y las condiciones ambientales.
Alimentación de los ácaros: De qué se alimentan y cómo afectan a los seres humanos y otros animales
La alimentación de los ácaros depende de la especie a la que pertenecen, ya que pueden ser carnívoros, herbívoros, hematófagos o detritívoros. Los carnívoros se alimentan de otros artrópodos e incluso ácaros. Los herbívoros se alimentan de néctar de las flores, fragmentos de hojas y frutas, entre otros. Los hematófagos se prenden a un animal y le succionan periódicamente la sangre. Los detritívoros se alimentan de materia orgánica en descomposición.
Pueden afectar a los seres humanos y otros animales de diversas formas, según el tipo de ácaro y el hábitat que ocupen. Algunas especies son parásitas y causan enfermedades como la sarna o la garrapata. Otras especies son alergénas y provocan reacciones alérgicas como rinitis o asma en personas sensibles a sus heces o restos corporales. Estas especies suelen vivir en lugares donde hay escamas de piel humana o animal, como colchones, almohadas o alfombras.
Se describen como organismos muy diversos y adaptables que han colonizado casi todos los ambientes del planeta. Su importancia ecológica es indudable, pero también pueden representar un problema sanitario para las personas y los animales que conviven con ellos.
Enfermedades causadas por los ácaros: Las enfermedades más comunes y cómo prevenirlas
Los ácaros son pequeños artrópodos que pueden causar diversas enfermedades en los seres humanos y los animales. Algunas de las enfermedades más comunes y cómo prevenirlas son:
Rinitis alérgica: Es una inflamación de la mucosa nasal provocada por la exposición al polvo que contiene los ácaros. Los síntomas son estornudos, congestión nasal, picor y secreción acuosa. Para prevenir la rinitis alérgica se recomienda limpiar frecuentemente el hogar, especialmente las superficies donde se acumula el polvo, como colchones, almohadas, cortinas y alfombras. También se aconseja usar fundas antiácaros para la ropa de cama y evitar el contacto con animales domésticos que puedan transportar ácaros.
Conjuntivitis: Es una irritación de la conjuntiva ocular causada por una reacción alérgica a los ácaros. Los síntomas son enrojecimiento, picor, lagrimeo y sensibilidad a la luz. Para prevenir la conjuntivitis se recomienda lavarse las manos con frecuencia, evitar frotarse los ojos y usar gafas de sol cuando se está al aire libre.
Asma: Es una enfermedad respiratoria que se caracteriza por episodios de dificultad para respirar, tos, silbidos y opresión en el pecho. El asma puede ser desencadenada por la inhalación de alérgenos como los ácaros del polvo. Para prevenir el asma se recomienda mantener una buena ventilación e higiene del hogar, evitar el humo del tabaco y otros irritantes ambientales y seguir el tratamiento médico prescrito.
Dermatitis atópica: Es una inflamación crónica de la piel que produce enrojecimiento, sequedad, picor y descamación. La dermatitis atópica puede ser agravada por el contacto con los ácaros que viven en los colchones o en la ropa de cama. Para prevenir la dermatitis atópica se recomienda usar ropa de algodón o tejidos naturales que no irriten la piel, hidratarla con cremas adecuadas y evitar los cambios bruscos de temperatura.
Hábitats de los ácaros: dónde se encuentran los ácaros y cómo evitarlos
Los ácaros pueden encontrarse en casi todos los ecosistemas, incluyendo desiertos, tundras, alpinos, estrato profundo del suelo, cuevas, manantiales calientes y suelo oceánico. En otras palabras: los ácaros han colonizado casi todos los hábitats terrestres, marinos y dulceacuícolas. Sin embargo, algunos de los lugares más comunes donde se les puede hallar son:
En el suelo. Viven en la superficie exterior del suelo o en musgos, humus y excrementos de los animales. Algunos son depredadores de otros ácaros y artrópodos pequeños.
En las partes aéreas de las plantas. Son similares a los que viven en el suelo, depredan especialmente sobre ácaros fitófagos y otros artrópodos. Algunos causan daños a las plantas al alimentarse de sus tejidos o transmitir enfermedades.
En productos almacenados. Se alimentan de granos, harinas, quesos y otros alimentos almacenados. Algunos pueden producir alergias o intoxicaciones al consumir los productos contaminados.
En el litoral marino y zona intersticial. Se adaptan a vivir entre los granos de arena o grava bajo el agua. Algunos son depredadores y otros se alimentan de materia orgánica en descomposición.
En el agua. Se encuentran tanto en agua dulce como salada. Algunos son planctónicos y otros bentónicos. Se alimentan de algas, bacterias o detritos orgánicos.
En el cuerpo de otros animales. Son parásitos externos o internos que se nutren de la sangre, la piel o las secreciones de sus huéspedes. Algunos pueden causar enfermedades como sarna, tiña o dermatitis atópica.
Para evitar los ácaros es importante mantener una buena higiene personal y del hogar. Algunas medidas preventivas son:
- Lavar con frecuencia la ropa de cama, las cortinas, los peluches y otras telas con agua caliente.
- Aspirar regularmente el polvo de los colchones, alfombras, moquetas y muebles.
- Ventilar bien las habitaciones y evitar la humedad excesiva.
- Usar fundas antiácaros para proteger los colchones y almohadas.
- Evitar tener plantas o flores dentro de la casa.
- Mantener limpios a las mascota/»>mascotas y revisarlas periódicamente por si tienen parásitos
- Control de los ácaros: cómo controlar su población y prevenir infestaciones en el hogar
Los ácaros son unos pequeños arácnidos que viven en el polvo y se alimentan de las células muertas de la piel humana y animal. Pueden causar alergias y problemas respiratorios en algunas personas, por lo que es importante controlar su población y prevenir infestaciones en el hogar. Para ello, se recomiendan las siguientes medidas:
Ventilar bien la casa todos los días, especialmente los dormitorios, donde los ácaros se acumulan en los colchones y las almohadas. Dejar entrar el aire fresco durante al menos media hora para reducir la humedad y la temperatura, que son factores que favorecen el desarrollo de los ácaros.
Limpiar el polvo con frecuencia, usando un paño húmedo o un aspirador con filtro especial para evitar que los ácaros se dispersen por el aire. Prestar atención a las zonas donde se acumula más polvo, como las esquinas, los muebles, las cortinas y las alfombras.
Proteger la cama con fundas antiácaros que impidan el contacto directo de los ácaros con la piel y la ropa de cama. Cambiar y lavar las sábanas al menos una vez a la semana con agua caliente (a más de 60ºC) para eliminar los ácaros y sus huevos.
Evitar tener alfombras, moquetas o peluches en exceso, ya que son lugares donde los ácaros se refugian y multiplican. Si se tienen, limpiarlos regularmente con vapor o productos acaricidas específicos que maten a los ácaros sin ser tóxicos para las personas o los animales.
Utilizar productos naturales como la tierra de diatomeas o el aceite de árbol de té para repeler o eliminar a los ácaros. La tierra de diatomeas es un polvo fino que actúa como un insecticida natural al dañar el exoesqueleto de los ácaros y deshidratarlos. El aceite de árbol de té tiene propiedades antisépticas y antifúngicas que inhiben el crecimiento de los ácaros. Se pueden aplicar sobre las superficies afectadas o añadir unas gotas al agua del lavado.