Etimología

Este vocablo en su etimología es de procedencia latina bajo denominación ‘iudicium’.

Cuando se afirma que un individuo no dispone de juicio, o que no se encuentra en su sano juicio, es porque sus facultades mentales están atrofiadas por alguna razón y no pueden reflexionar sobre sus actos, para tener conciencia de los mismos. Muchas veces es causado por uso de estupefacientes, licores, o patologías psicológicas.

Una persona se caracteriza por su juicio crítico, si posee la capacidad de meditar en sus propias ideas o en las de los demás, sopesando su veracidad, asertividad y falencias.

Se habla de un juicio de valor, como una definición o calificativo de las cosas, como positivas o negativas, al igual que de las personas o sus actos. Ejemplo: “Martín es una persona honrada y buena”. “Los refrescos gaseosos son lo peor para la salud”. “Esa casa me parece maravillosa”.

En el ámbito de la Lógica, un juicio determina una relación entre ideas, con una afirmación o negación acerca de éstas, por medio de un nexo al que se le llama ‘cópula’. Consiste en un sujeto del cual se realizan afirmaciones o negaciones, con respecto de algo, así como de la cópula, el predicado.

En el mundo de lo jurídico o judicial, se conoce como ‘juicio’, a un proceso de tipo contencioso o voluntario, mimo que se efectúa ante las autoridades de justicia, con el fin de establecer una sentencia, una decisión, dirimir litigios u homologar algún convenio. Todo inicia desde el recurso de la demanda, presentada por el actor, si se trata de juicios contradictorios civiles, quien tiene la intención de que se realice una declaración de algún derecho en favor suyo, brindando las pruebas necesarias, con las que reclama al o los demandados.

En el caso de un juicio penal, se necesita una acusación de una persona que se declare como víctima, al tratarse de delitos de instancia privada; empero, si llegasen a ser de acción pública, el juez puede iniciarlos de oficio.