Etimología

labra etimológicamente proviene del adjetivo y sustantivo ‘legítimo’ y del sufijo abstracto ‘idad’, que indica cualidad de.

Aquello que se puede calificar como “légítimo”, es todo lo que se encuentra regido por la ley y la cumple, de manera positiva o natural. Mientras que la palabra ‘legitimidad’, alude directamente al poder, al hecho de que los mandatarios son elegidos democráticamente por los ciudadanos.

Un gobierno que goza de legitimidad, ha conseguido la aprobación de los habitantes hacia sus promesas de campaña y acciones ya ejecutadas, por consiguiente el resultado es la paz y el equilibrio social.

En caso dado en que se pierda la legitimidad, es porque las personas consideran que los mandatarios no cumplieron con su deber ni se ciñeron a la legislación en sus procederes, por lo tanto, a ese gobierno no le quedan sino dos alternativas: o renunciar, o arraigarse en el poder por la fuerza. Sine embargo, en algún momento la población tiende a revelarse contra aquellas dictaduras, ejerciendo su derecho a la protesta.

También podría ocurrir que un gobernante haya asumido el cargo de modo ilegal, por ejemplo adulterando las elecciones democráticas, aunque también sucede que el pueblo sí confió en ellos y ya ejerciendo sus funciones se desvían con actos reprochables y dañinos a los intereses generales, cometiendo injusticias y promulgando reformas inapropiadas. Entonces pierden legitimidad, pero pueden recobrarla si retiran los decretos o leyes que ocasionaron el malestar social y redirigirse al querer popular.

Se puede afirmar que la legitimidad es una característica fundamental de las instituciones nacionales, e internacionales, que produce el efecto de aceptación de sus actuaciones y modos de proceder, como por ejemplo las distintas leyes que decidan implantar, muy a pesar de que muchos no estén de acuerdo con las mismas.

La legitimidad de los hijos

Se entiende como un hijo legítimo, a aquel que fue registrado y concebido dentro de un matrimonio debidamente constituido. Esto varía según las leyes de cada país, pero el concepto es el mismo: la legitimidad de los primogénitos, que en diversas circunstancias se pone en duda y conlleva largos y complejos procesos jurídicos y judiciales.