Etimología

Este vocablo presenta el significado etimológico de “lámina flexible extraída del tallo de una planta, utilizado para la escritura”. Se deriva de la voz griega ‘πάπυρος’. Así denominaron los griegos a esta planta que con el tiempo se extinguió en esa nación, pero que también crecía abundantemente en territorios egipcios, cuyas fibras resultaban ideales para fabricar la lámina. Algunos lingüistas consideran que la dicción griega se adoptó del idioma egipcio.

En un apartado escrito por Teofrasto, se menciona que el papiro no crece en las profundidades del agua, sino únicamente en “las profundidades de dos codos y en ocasiones, menos…”.

El papiro no sólo se utilizó para escribir, sino para diversas necesidades, pues con ese material se fabricaban embarcaciones, se tejían velas, vestuarios, esteras, entre otros elementos. Por si fuese poco, el papiro era un alimento muy significativo, ya que los antiguos lo masticaban tanto crudo, como hervido y hasta lo asaban. Absorbían el juego y desechaban el bagazo.

Los egipcios le denominaban ‘paperaa’, que guardaba el significado de “el que es de faraón”. Se cree que hacía alusión de que los faraones ostentaban un monopolio en la producción del papiro. No obstante, no se ha hallado ningún texto verídico del antiguo Egipto que emplee esta palabra. Los términos que usaban para referirse a este papel o planta eran djet, thuf y wadj.

El papiro pertenece a las plantas de la especie de las ciperáceas, mismas que se caracterizan por poseer hojas alargadas pero estrechas, con cañas que superan los dos metros de alto y que culminan en un penacho de espigas en las que nacen pequeñas flores con tintes verdes. Por lo general crece en inmediaciones del Nilo y en otros sitios del Mediterráneo.

La planta  del papiro se reproduce por medio de los rizomas, de los cuales surgen troncos nuevos. El aire va esparciendo las semillas y así crecen en número, aunque algunas especies lo realizan a través de esquejes.

Debido a que el gran imperio egipcio decayó, el papiro dejó de usarse tanto y se relegó por el pergamino. Luego del siglo XI, prácticamente desapareció como papel y en el presente, sólo se preservan algunos papiros de la antigüedad, en museos.

Para poder producir un papiro, se tenía que someter al tallo a un proceso que consistía en dejarlo remojando casi por 15 días. Luego, se fraccionaba en tiras muy delgadas que con la ayuda de un rodillo, se prensaban para exprimirles los residuos líquidos. Tras varios prensados, la savia que desprendía servía como pegamento.

Uno de los papiros más controversiales que se han encontrado, es uno en el que se afirma que Jesucristo tenía esposa y era María Magdalena. El hallazgo lo efectuó la doctora Karen King, historiadora de Harvard. La lengua del texto es copto, que era muy utilizada por los egipcios antiguos.