Definición
El verbo combatir es un verbo transitivo que se refiere a enfrentar o luchar contra un enemigo o contrincante, que puede ser un humano o un animal. También implica realizar un intento de desintegrar o exterminar algo. El acto de combatir puede tomar muchas formas, incluyendo confrontaciones físicas, batallas estratégicas, esfuerzos continuos para erradicar un problema o resistencia activa contra una amenaza.
Etimología
Esta terminología se deriva del latín combātŭo, más el sufijo ĕre. Lo estructura el prefijo cum (inicialmente com), con el sentido de “en compañía de” o “en contra de”, más la partícula battŭo, que significa golpear.
El vocablo latino battŭo, que puede entenderse como “batirse a golpes”, se halla estrechamente vinculado con la raíz de origen indoeuropeo bath, que traduce ‘golpear’. De esta voz surgen palabras como batalla, abatir, batuta, debatir, entre otras. Algunos lingüistas estiman que la voz combattere, propio del latín vulgar, se desprendió de combātŭo, ĕre, con un equivalente en francés del verbo combattre.
Combatir la corrupción
Es una de las locuciones más empleadas con este vocablo. La corrupción se entiende como un flagelo persistente que ha desquebrajado las economías de un gran número de naciones y, en última instancia, al mundo entero. Anualmente, se celebra el “Día de las Naciones Unidas contra la Corrupción”, una jornada dedicada a sensibilizar sobre la necesidad de combatir esta problemática global.
La mayoría de políticos prometen en sus campañas combatir la corrupción, pero lamentablemente, a menudo esto es solo una estrategia para embellecer su discurso y conseguir votos. La corrupción se manifiesta de múltiples formas, incluyendo sobornos, malversación de fondos públicos, tráfico de influencias y fraude electoral. Combatir la corrupción requiere de políticas efectivas, transparencia en la gestión pública, participación ciudadana y un sistema judicial independiente que garantice la aplicación de la ley sin excepciones.
Combatir la delincuencia
Se ha convertido en una de las necesidades primarias de la sociedad, especialmente en países del tercer mundo, como los latinoamericanos. Es el objetivo base de las fuerzas armadas y policiales. En países como El Salvador, Guatemala, Honduras, Venezuela y Colombia, las pandillas y los grupos delincuenciales han azotado la población durante décadas. Un ejemplo son las denominadas maras salvatruchas, a quienes en el año 2022, el presidente Nayib Bukele decidió meter presos a decenas de miles de sus pandilleros.
El combate contra la delincuencia incluye diversas estrategias, como el fortalecimiento de las fuerzas policiales, la implementación de programas de prevención del crimen, la mejora del sistema judicial y la promoción de políticas sociales que aborden las causas subyacentes de la delincuencia, como la pobreza, la falta de educación y las desigualdades sociales. La colaboración internacional también es crucial para combatir el crimen organizado transnacional.
Combatir el narcotráfico
Consiste en uno de los programa/»>programas políticos a nivel internacional, liderado por Estados Unidos. Se han implementado diversas estrategias, como la fumigación de cultivos ilícitos con glifosato y toda clase de planes policiales y militares en contra de las bandas traficantes a grande y menor escala. El narcotráfico es una industria ilegal que genera enormes sumas de dinero y violencia, afectando no solo a los países productores de drogas, sino también a los de tránsito y consumo.
Combatir el narcotráfico requiere un enfoque integral que incluya la reducción de la demanda de drogas en los países consumidores, el fortalecimiento de las instituciones de justicia y seguridad en los países productores y de tránsito, y la promoción de alternativas económicas para los agricultores involucrados en el cultivo de plantas ilícitas. Además, la cooperación internacional y la asistencia técnica y financiera son esenciales para enfrentar esta compleja problemática.
Combatir el cambio climático
En las últimas décadas, ha surgido la urgente necesidad de combatir el cambio climático, una de las mayores amenazas globales de nuestro tiempo. Esta lucha implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promover el uso de energías renovables, mejorar la eficiencia energética y adoptar prácticas sostenibles en todos los sectores de la economía.
Los acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, establecen metas y compromisos para limitar el aumento de la temperatura global. Sin embargo, alcanzar estos objetivos requiere un esfuerzo conjunto y coordinado entre gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos. La educación y la concienciación pública también juegan un papel crucial en la movilización de acciones contra el cambio climático.
Combatir enfermedades
En el ámbito de la salud, combatir enfermedades infecciosas y crónicas es una prioridad mundial. Esto incluye enfermedades como el VIH/SIDA, la malaria, la tuberculosis, así como enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Los esfuerzos para combatir estas enfermedades abarcan desde la investigación y el desarrollo de vacunas y tratamientos, hasta la implementación de programas de prevención y control, la mejora del acceso a servicios de salud y la promoción de estilos de vida saludables. La colaboración entre países y organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), es esencial para abordar estos desafíos de salud pública.
Combatir la pobreza
La pobreza es otro de los problemas más persistentes y difíciles de erradicar a nivel mundial. Combatir la pobreza implica implementar políticas y programas que promuevan el desarrollo económico inclusivo, la educación, el acceso a servicios de salud y la creación de empleo. La erradicación de la pobreza es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que busca mejorar las condiciones de vida de millones de personas que viven en la pobreza extrema.
Las estrategias para combatir la pobreza incluyen la mejora de la infraestructura, el acceso a la educación de calidad, la promoción de la igualdad de género, y la implementación de políticas que fomenten la inclusión social y económica de los grupos más vulnerables. La cooperación internacional y la asistencia financiera también son fundamentales para apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo para reducir la pobreza.