Etimología

La palabra con la que han sido nombrados este tipo de virus puede ser descrita como una partícula compuesta del Español, conformada por dos voces, cuyos orígenes etimológicos, pueden rastrearse hasta el Latín clásico, siendo descritas cada una de ellas de la siguiente manera:

Corona-, voz que proviene del latín corōna, lengua donde es descrita como el objeto o accesorio, en forma de guirnalda, la cual es empleada para adornar la cabeza, en actos específicos, o como símbolo de poder, tal como se acostumbra en la monarquía.

-virus, por su parte, el vocablo virus, proviene de la voz latina “virus”, la cual significa etimológicamente “ponzoña” o “veneno”. En otras traducciones, la palabra latina “virus” también refería al concepto de fetidez o de líquido vital.

De acuerdo a lo que señalan las distintas fuentes la razón por la cual se bautiza con el nombre de coronavirus a esta clase de microorganismos es porque al ser observados en un microscopio estos tienen, en la superficie del virus, una forma parecida a una [[corona.

Coronavirus y salud humana

Los llamados coronavirus son microorganismos patógenos que por lo general afectan a los animales y a los humanos. De hecho, se creen que todos los seres humanos se infectan en algún momento con un tipo de estos virus.

Por lo general, hay coronavirus que no colocan en riesgo la salud humana, ocasionando tan solo algunos síntomas. Sin embargo, en algunos casos, ciertos tipos de virus pueden mutar, volviéndose mucho más agresivos o pasando del animal al humano, sin que este tenga anticuerpos suficientes para defenderse. En estas situaciones, la salud humana puede verse bastante afectada, pudiendo incluso resultar fatal para el individuo.

De acuerdo a lo que señalan los expertos, hasta finales del año 2019, la Ciencia conocía por lo menos 39 distintos tipos de coronavirus. Sobre la gran mayoría apenas hay estudios avanzados, debido a su reciente descubrimiento. Esto hace entonces que los científicos no sepan todavía mucho sobre cómo ocurre específicamente la transmisión, la gravedad o el impacto que cada una de estas cepas puede producir en el ser humano.

Historia del coronavirus

Aun cuando no se puede decir de forma certera en qué momento se originaron los coronavirus, pues la Ciencia no ha podido determinarlo, sí se puede saber en qué momento lograron descubrirse. En este sentido, la literatura al respecto señala que fue hacia la década de 1960, cuando los investigadores descubrieron este tipo de virus, así como algunas de las distintas cepas que existen sobre ellos.

De esta manera, los especialistas también descubrieron cómo estos microorganismos podían producir en el humano ciertas afecciones respiratorias, las cuales pueden resultar bastante leves, como en el caso del resfriado común, o bastante graves, como ocurre por ejemplo cuando este ocasiona un síndrome respiratorio grave, derivando en una neumonía, que al ser de carácter viral, no responde a los antibióticos.

Sin embargo, la gran mayoría de estos coronavirus no representan en verdad un peligro para la vida humana, respondiendo a tratamientos específicos, o cediendo ante las defensas del cuerpo.

Brotes importantes de coronavirus

Pese a la inocuidad de la mayoría de cepas de coronavirus en la salud humana, existen algunas que sí son mortales. Por ejemplo, durante las dos primeras décadas del siglo XXI se originaron tres brotes de cepas de coronavirus, que resultaron mortales para algunos de los infectados. Estas fueron las siguientes:

SRAS-CoV: conocido también como SARS, SRAS o SRAG, el Síndrome respiratorio agudo y grave fue el protagonista de un brote, que ocurrió en China, en el año 2002. Según los datos oficiales, este coronavirus provocó al menos 700 muertes, entre los ocho mil contagios, que ocurrieron en 37 diferentes países. Por ende, los científicos consideran que esta cepa cuenta con una cifra de mortalidad de diez por ciento.

MERS-CoV: más adelante, en el año 2012, en Arabia Saudita, también se sufrió un brote ligado a una cepa de coronavirus, la cual fue causada por el MERS-CoV, y originó desde ese momento hasta el 2019, por lo menos 2.400 casos de infección, de los cuales murieron solo el 35%, es decir, ochocientos individuos.

2019nCoV: en el año 2019, en la ciudad china de Wuhan, se presentó un brote de coronavirus, que produce un tipo de neumonía, resistente a los antibióticos. Algunas especulaciones sugieren que fue una cepa que pasó de animales a humanos, quizás a través del consumo de uno espécimen infectado. Desde el principio, el 2019nCov se caracterizó por tener un rango de infección superior al del SRAS-CoV, pero en su evolución primera demostró también tener un rango de mortalidad inferior a este.

Síntomas de contagio del coronavirus

Con respecto a los síntomas que pueden aparecer ante la infección con coronavirus, los expertos han indicado que más allá de su evolución, por lo general, en principio se pueden tener los siguientes padecimientos:

Dolor de cabeza
Dolor de garganta
Tos
Secreción y congestión nasal
Fatiga
Decaimiento
Fiebre y escalofríos
Malestar general
Dificultad para respirar

En  el caso de las cepas como SRAS-CoV, el MERS y el 2019nCoV se presentan otros síntomas, como problemas gastrointestinales, al tiempo que se genera una neumonía de difícil tratamiento. Por lo general, los mayores casos de mortalidad se da en niños, ancianos o personas con padecimientos otros, como diabetes, cáncer o enfermedades pulmonares crónicas.

Medidas preventivas

Aun cuando el contagio de los virus de humano en humano es un proceso difícil de controlar, sobre todo porque este puede suceder durante el tiempo de incubación, es decir, antes de que se presenten los primeros síntomas, sí existen ciertas medidas de precaución, que pueden ayudar a bajar la probabilidad de contagio. Entre ellas se encuentran las siguientes:

Usar tapabocas
Evitar tocar superficies en la calle
Lavarse constantemente las manos
Mantener la casa en buenas condiciones higiénicas
Evitar el contacto con personas infectadas
No comer carne animal cruda
No consumir leche sin pasteurizar

Al ser un virus, no existe un tratamiento antibiótico para el coronavirus, ni tampoco una vacuna que pueda evitar el contagiarse. Por ende, la mejor forma de evitar la infección es la prevención.