Definición
Adjetivo que hace alusión de alguien que no cuenta con un equilibrio psicológico ni es cuerdo. Al igual, de algo que no tiene equilibrio físico.
Etimología
Esta terminología presenta la acepción de “ausencia de compensación entre dos fuerzas que son contrarias y que por lo tanto, se contrarrestan entre sí”. Se compone con el prefijo ‘des’, que significa “acción invertida”, junto con el vocablo latino ‘aequilibrium’ (equilibrio), concluido por el sufijo ‘ado’, constituyente del modo participio e indica que ha recibido la acción.
El sentido de esta palabra es que algo o alguien se hallan fuera de su equilibrio. Si esto sucede, en el caso de un individuo, se genera un estado desorientado en el cuerpo, algunas veces caracterizado por el mareo. Por ejemplo, ocurre con la enfermedad de Ménière, una rara afectación en el oído, de la cual la ciencia oficial ha podido saber poco. Una persona también puede perder el equilibrio físico ejecutando movimientos veloces o por algún obstáculo con el que tropiece.
En la NASA, los astronautas advierten que siempre que se hallan en órbita, su equilibrio se altera, teniendo en cuenta que se encuentran en un proceso de caída libre continua. Se le conoce como el mareo espacial.
Los científicos le han denominado “equilibrio-percepción” a la capacidad que poseen los humanos y los animales, de caminar sin que se caigan. Igualmente, permite que estos conserven o adopten cualquier postura y hasta puedan mover el cuerpo en sentido contrario de la gravedad.
Con el objetivo de estimular dicha capacidad de equilibrio-percepción, es menester considerar las clases de equilibrio:
Móvil: cuando se mantiene una postura correcta, sin necesidad de permanecer por completo en reposo. En las personas se desarrolla a partir de la edad de nueve años, pero se va atrofiando a partir de los 35 años en adelante, en la mayoría de personas.
Pero es posible entrenarlo saltando, corriendo, haciendo equilibrio mientras se camina sobre cuerdas o sobre esferas, entre otros ejercicios especiales para ello. Otro método es cargar cosas en la cabeza, como un balón. También entra en esta clasificación el equilibrio dinámico, que se ejecuta sobre objetos como ciclas, zancos, patines, etc.
La otra forma de equilibrio es en reposo, o el de conservar una posición correcta, sin necesidad de desplazarse. Se desarrolla en los niños de alrededor de 7 años. Es posible entrenarla con distintos puntos de apoyo en áreas no estables y conservar el equilibrio parándose sobre superficies gradualmente más estrechas.
En un sentido metafórico, este adjetivo se emplea para hacer alusión de algo o alguien descompensado, o sobrecargado.
Como verbo pronominal significa perder el equilibrio mental. En Psicopatología se considera esto un trastorno mental o psicológico que se expresa en un desajuste en las facultades psíquicas de una persona.
En tal efecto, las patologías psicológicas se consideran como estados desequilibrados de los procesos de cognición y afectivos propios del desarrollo humano, que se estiman como antinaturales con relación al grupo sociocultural que circunda al individuo.
Las anomalías se pueden generar a través de trastornos del comportamiento, en la forma de percibir lo real, en el modo de razonar y de sortear las distintas situaciones de la existencia.