Etimología

Esta perspectiva surge de su origen etimológico, que procede del vocablo latino ‘functio’, el cual se traduce como ‘ejecución’. A su vez, éste se halla compuesto por el prefijo ‘functus’, que significa ‘cumplir’, junto con el sufijo ‘ito’, que indica una acción.

Frase de ejemplo:

“El computador presenta un buen funcionamiento, a pesar del estado de las teclas”.

“La licuadora está teniendo un funcionamiento fuera de lo común. Algunas veces deja de trabajar y no sigue licuando”.

“Este tornillo es crucial para el buen funcionamiento del artefacto”.

Cuando se habla del funcionamiento de un dispositivo, involucra su capacidad para realizar tareas usuales. Si por alguna razón técnica o por otro motivo no puede efectuarlo, entonces se cataloga como un mal funcionamiento.

El concepto del término ‘funcionamiento’ es demasiado extenso, puesto que de una u otra forma, todo cuenta con algún tipo de funcionamiento, o lo que equivale a que existe para algo. Hay objetos que desempeñan funciones o tareas sencillas, sin embargo otros que son más complejos como los dispositivos electrónicos.

Las máquinas están diseñadas para cumplir funciones concretas. Casi siempre, se les debe encender, o se les activa de modo manual y pueden pasar por periodos en los cuales van a permanecer inactivas.

Por su parte, todos los organismos de los seres vivientes requieren en su gran mayoría, mantenerse en funcionamiento continuo, tal cual sucede con el sistema circulatorio o respiratorio.

Se puede calificar el funcionamiento de los aparatos y de los seres vivos, como correcto e incorrecto. En el caso de un mal funcionamiento, su trabajo no puede ser realizado y puede significar el deterioro del sujeto o el objeto.