Definición
Sustantivo femenino. Se trata del estado de irritación y cosquilleo que se produce en la piel, causante del deseo de rascarse. Se considera como un síntoma de diversas patologías.
Etimología
Este vocabulario se deriva del verbo rascar, mismo que encuentra su origen en la voz del latín vulgar ‘raiscare’, estructurado con el vocablo ‘rasus’, que significa pelado o raído. Se vincula con la raíz de origen indoeuropeo ‘red’, con el significado de raspar o rascar. Asimismo, se compone con el sufijo ‘icare’, que señala la acción de transformar algo en, o tender a algo.
Es una palabra que se utiliza más que todo en Colombia, como sinónimo de comezón, piquiña, picor o picazón. En ese mismo país, al igual se le atribuye el significado de unas ganas enormes de que todo se realice lo más perfecto posible; esforzarse por la perfección.
El nombre científico de la rasquiña es ‘prurito’, una sensación desagradable que se genera al momento en que se estimulan determinados receptores nerviosos en la zona cutánea, por la acción de unas sustancias liberadas en el organismo a raíz de una picadura de algún insectos, o por efecto de la temperatura, del roce con la ropa, del contacto con distintas cosas, del consumo de fármacos o inclusive, una simple impresión creada por la mente.
Tales estímulos se transforman en pulsos eléctricos que se transmiten por medio de fibras nerviosas de escaso grosor, a la región de las sensaciones en el cerebro, misma que las califica como un peligro y lanza órdenes a los músculos y articulaciones, para rascarse voluntaria o involuntariamente.
Cuando se satisface esa rasquiña con las uñas, esta acción estimula otros receptores cutáneos en esa zona y ocasiona una especie de cortos circuitos, que transmiten otros pulsos eléctricos mucho más fuertes a la región cerebral, que al final considera que el riego ha pasado, con lo cual adviene la tranquilidad.
Empero, ese alivio suele ser pasajero, teniendo en cuenta que luego de unos instantes, la rasquiña vuelve a aparecer con mayor fuerza.